Se analiza volver a usar el espacio como albergue.

Recibe agresiones, personal de apoyo en centro de atención a adicciones

Valle de Tulancingo, Hidalgo.- Por amenazas y agresiones verbales de personas que no han sido identificadas, el Centro de Atención Integral de las Adicciones (Caia), ubicado en la zona de Napateco, ha suspendido temporalmente el espacio de albergue para personas que están en tratamiento o seguimiento de caso.

La confirmación fue realizada por el titular de la Secretaría de Salud en Hidalgo (SSH), Marco Antonio Escamilla Acosta, puntualizando que si bien las amenazas y agresiones no se registraron directamente hacia las instalaciones de su personal, sí fue muy cerca.

Por ello, se determinó limitar temporalmente la operatividad de Caia al seguimiento de las pláticas y talleres, entre otras actividades para prevenir adicciones, sobre todo entre la población más joven.

También siguen activos los servicios de consulta, así como el seguimiento de casos que han sido detectados en los usuarios que se acercan a la instancia oficial, manejada de forma conjunta entre la Secretaría de Salud del estado de Hidalgo y el gobierno municipal de Tulancingo.

Escamilla Acosta reveló que en espacios similares ubicado en otros puntos de la entidad, ya se han registrado casos de personas que entran a los albergues para quienes están bajo observación o tratamiento por alguna adicción.

Por razones de seguridad, el funcionario no señaló dónde se han registrado los hechos, pero especificó que las personas que han entrado a los espacios, se ostentaban como “amigos” de los internos, y buscaban “rescatarlos”, incluso con lujo de violencia verbal y física.

Sobre la reactivación del espacio para albergue en el Caia Tulancingo, Escamilla Acosta señaló que está analizando, debido a la complicada situación en materia de seguridad pública que existe en la zona de Napateco, además de los antecedentes citados.

Relacionado con el tema, el funcionario solicitó a quien requiera servicios para atención a personas con adicciones, que se investigue si el espacio cuenta con personal capacitado, así como instalaciones adecuadas para dicho servicio.

Lo anterior, ante la proliferación de espacios privados, o manejados presuntamente por organizaciones o asociaciones civiles, pues se han conocido de casos de presunto maltrato a los internos.

Por Daniel Martínez Martínez