En una reciente rueda de prensa, de distintos niveles educativos, desde preescolar hasta posgrados, la experta en metodologías activas y educación digital, Marcela Momberg, subrayó la importancia de integrar la tecnología y la inteligencia artificial en el proceso educativo.
Durante el evento, se discutieron temas cruciales como la creación de avatares mediante la manipulación de imágenes, un fenómeno conocido como deepfake, que podría plantear riesgos para la integridad de los estudiantes. Momberg enfatizó la necesidad de que los padres se involucren en la educación digital de sus hijos, advirtiendo sobre la importancia de prevenir el grooming y otros peligros en línea, en lugar de intentar evitarlos por completo.
A pesar de los desafíos que presentan las nuevas tecnologías, los educadores presentes expresaron su interés en recibir capacitación adecuada para su uso. Se cuestionó si en un futuro los docentes podrían ser reemplazados, a lo que Momberg respondió que no hay sustituto para la figura del maestro, quien desempeña un papel crucial, especialmente a la luz de los esfuerzos realizados durante la pandemia.
“Los maestros trabajan 24/7 y son fundamentales en la creación de un entorno educativo sano”, señaló. La especialista hizo hincapié en que la capacitación debe ser homologada y que los docentes deben estar informados sobre las herramientas tecnológicas disponibles. Esto permitirá una sinergia que impulse la actualización constante de los educadores, creando ciudadanos plenos y alumnos felices.
Además, se planteó la necesidad de establecer límites en el uso de tecnología por parte de los niños, sugiriendo que ni siquiera a los 14 años deberían estar plenamente expuestos a las redes sociales. Los padres tienen un rol crítico en este proceso, reconociendo que la educación sobre el uso seguro de la tecnología debe ser una prioridad.
Por último, se tocó el tema del sexting y el grooming, haciendo hincapié en que, aunque estos fenómenos han afectado en mayor medida a mujeres adultas entre 20 y 40 años, también han comenzado a impactar a menores de edad. Es esencial que tanto educadores como padres trabajen juntos para crear un entorno seguro y de aprendizaje integral para las futuras generaciones.
