- #Opiniónyanálisis por #CynthiaValeriano
Decía Aristóteles, cuando creó el concepto de “economía”, que aquellos encargados de dirigir y administrar los recursos del gobierno, deberían observar como se administraba una casa para tomar decisiones lógicas y aprender del sentido común que tienen las personas que siempre buscan maximizar sus presupuestos.
Quizá deberíamos rescatar la idea aristotélica y antes de que cada gobernante, sea presidente de la República, gobernador o gobernadora, o presidente municipal tome el cargo, debería cumplir con un reto básico de administración de recursos en un hogar para que sean mucho más sensibles al decidir en donde y como gastan el presupuesto de la casa de todos los mexicanos: la nación.
Recientemente trascendió una nueva decisión presupuestal tomada por el gobierno con el dinero de la sociedad, que cae en los límites de lo cuestionable: Compró el 51% de las acciones de una empresa salinera establecida en nuestro país para tener el control total de la misma. ¿Cuánto costo la decisión? … 1,500 millones de pesos, sé por experiencia propia, que escuchar estas cifras, generalmente no nos dice mucho porque quizá muy pocas personas han visto junta esa cantidad, pero para facilitar el uso de nuestra imaginación y ponderarla, afortunadamente siempre existen las comparaciones, que aunque odiosas, son muy didácticas.
¿Ha sentido que la temperatura del ambiente últimamente es muy elevada?, pues 1,500 millones de pesos, es lo que requiere la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) para el cuidado y vigilancia de las 91 millones de hectáreas protegidas, de las cuales 18 millones corresponden a superficie terrestre y 73 millones son áreas marino costeras, para proteger la flora y fauna de las regiones, incentivar actividades económicas y productivas en las zonas y evitar la deforestación y la afectación del medio ambiente. Dicho sea de paso, es un presupuesto del que no dispone la dependencia.
¿Ha volado por el AIFA o requiere sus servicios?, 1,500 millones de pesos es lo que solicitó la SEDENA, para operar y administrar durante el 2024 la infraestructura que sustituyó al proyecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, en lo que logra alcanzar su punto de equilibrio y autogenera sus propios recursos.
Poco más de 1,500 millones es lo que costará la administración de las 100 Universidades del Bienestar que funcionan en todo el país, lo que les permite acceder a apenas 15 millones de pesos para todo el año por cada una de ellas, poco menos de 1,500 millones serán destinados este año a los convenios entre la secretaría de Salud federal y las secretarias de los estados para atender los requerimientos de la salud materna, sexual y reproductiva en nuestro país o para atender los programas de prevención del sobrepeso, la obesidad y la diabetes, una de las más importantes causas de muerte en el país, e incluso con menos de 1,500 de pesos este año, se combatirán las adicciones entre niños y jóvenes, se atenderán mínimamente los programas de vigilancia epidemiológica, el programa nacional de vacunación o se va a prevenir el VIH.
Es solo a partir de la comparación que surge la duda concreta ¿para que nacionalizar la totalidad de la empresa? No se trata solo de adquirir la parte que faltaba, con ello beneficiarse de la diferencia de precios entre el precio de compra y luego la venta al resto del mundo, sino de inyectarle el capital que necesita para mejorar su infraestructura y volverla productiva, ya sabemos como terminará esta historia, y no es que seamos pesimistas porque si, si algo ha demostrado el gobierno mexicano desde hace más de 4 décadas es que tenemos la habilidad para volver inservibles y costosas las empresas dirigidas por el Estado, por pura narrativa política.
En virtud de lo anterior, además de las enormes presiones financieras por el pago de la deuda pública, la de PEMEX, la ampliación de los montos de apoyo de los programas sociales, el sistema de pensiones, el AIFA que aún no alcanza su punto de equilibrio, el tren maya, la refinería de 2 bocas, las plantas de Iberdrola y larguísimo etcétera de asuntos pendientes de atender, súmele ahora, la administración y operación de una salinera, como diría el clásico, ¿pero que necesidad?.
MGPP Cynthia Valeriano López
Profesora de Economía
Tec de Monterrey, Campus Toluca
