A través de redes sociales, se expuso a un joven italiano que se disfraza de payaso para intentar alegrar la vida de los niños en durante la guerra entre Rusia y Ucrania.
Dicha persona, se llama Marco Rodari, quien ha logrado el milagro de la sonrisa de los chicos de esta guerra. Ha viajado desde Milán, donde vive, para aportar su grano de arena y ayudar de algún modo a las principales víctimas de la catástrofe humanitaria que se vive en Ucrania, donde ya 10 millones de personas han debido dejar sus casas, según cifras dadas hoy por Filippo Grandi, Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas.
Nacido en Milán hace 46 años, Rodari es un “payaso de guerra”: cuenta que vive varios meses al año en Gaza, en Irak y en Siria, lugares donde la paz es aún una duda.
Su “modus operandi” a la hora de encontrarse con los chicos de la guerra que se encuentran refugiados en el seminario menor de Rudno -un lugar en medio del campo-, es siempre el mismo. “Lo primero que hago en estas situaciones es dejar que los niños me vean vestido normalmente y que vean cómo me voy preparando, así empiezan a entrar en la acción”, explica. Su hábito de clown es muy simple: “Primero porque en estas situaciones de guerra hay que cambiarse velozmente y después porque como normalmente trabajo en países donde hace mucho calor, trato de evitar ponerme demasiado maquillaje”, explica. De hecho, Marco precisa que ante todo es un payaso de hospital, que luego usa la misma metodología con los niños traumatizados de las guerras “porque de todos modos es una situación de sufrimiento, de cierre”.
Marco destaca que para los chicos de la guerra es fundamental dibujar. “Si les pones una hoja en blanco a los chicos, ellos dibujan bombas, tanques. Pero si ellos entraron en sintonía contigo y por ejemplo preparamos una varita mágica, ellos están en un mundo mágico y tú le dices: esta es una hoja, divídela en dos y dibuja de un lado las cosas que te gustan porque en tu varita mágica tienen que estar esas cosas que te gustan. Y ellos lo hacen”.
Marco está por volver a Italia, en diez días tiene planeado volver a Gaza, pero espera volver a Ucrania. “Acá hará falta mucho de lo que yo hago para devolverles una sonrisa a los chicos. Y es muy probable que Ucrania se sume a los otros tres lugares a los que suelo ir y que llevo en mi corazón”, adelanta este clown de guerra, que últimamente estuvo en Irak cuatro meses, haciendo reír a 100 mil chicos en Nassiriya, Mosul, Basora, Bagdad.
Fuente: El Universal.