Coinciden en que los planteamientos de fortalecer a PEMEX y a la CFE, así como poner en riesgo contratos de empresas energéticas, puede ahuyentar a la inversión extranjera
Para algunos líderes de la iniciativa privada en el Estado de México, la postura de General Motors (GM), sobre un posible retiro de inversiones en México si no se apuesta por energías sustentables, podría ser la primera de muchas reacciones empresariales frente a la contrareforma energética del gobierno federal.
Este fin de semana la empresa internacional manifestó que como parte de sus metas está la reducción de contaminación y no tendría caso mantenerse en el país si no hay condiciones para que se manejen energías limpias.
El presidente de Coparmex en la entidad, Jesús Trigos Rodríguez, consideró que ese es un primer llamado a las autoridades y a la propia sociedad mexicana en torno a que se debe avanzar a un modelo de producción menos contaminante, además de que como esa, pueden surgir más manifestaciones de rechazo en el corto plazo.
La presidenta del Consejo Coordinador Empresarial del estado, Laura González Hernández, dijo que es difícil que se retiren inversiones ya instaladas pero altamente probable que no lleguen nuevas y ese sería el factor preocupante, pues coincidió en que tras el anuncio de GM, otras empresas podrían hacer anuncios similares, principalmente en la industria automotriz.
Gilberto Sauza, señaló que la contrareforma del gobierno federal en materia energética no impide la generación de energías limpias en el país, pero si implica la probable pérdida de contratos para varias empresas, lo cual manda un mal mensaje sobre el estado de derecho y certeza jurídica, que podría repercutir en la llegada de inversiones.
Desde estos sectores, se destacó que la medida que impulsa el gobierno federal y se discutirá en marzo de 2022, debe ser analizada a profundidad y se llama a respetar los contratos previos a la medida si es que se autoriza, así como a favorecer el desarrollo de energías no contaminantes.
Alberto Dzib
