Pese a que los habitantes de los municipios de la Sierra Norte madrugan para retirar los apoyos de programas federales como los destinados a adultos mayores y las becas Benito Juárez, enfrentan un auténtico viacrucis para acceder al dinero. Los argumentos de los trabajadores de Bienestar sobre los problemas en el sistema, la falta de recursos y la saturación del mismo, solo añaden frustración a una situación ya desesperada. Además, la falta de capacitación de los empleados de seguridad federal dificulta aún más la orientación adecuada a los beneficiarios.
La solución improvisada de crear grupos de WhatsApp para informar a los beneficiarios en los bancos muestra la falta de planificación y la desorganización en la gestión de los programas. La incertidumbre sobre cuándo se restablecerá el sistema o cuándo habrá dinero en las sucursales agrega más angustia a una población que ya está luchando por sobrevivir.
En Huauchinango, la situación es especialmente grave, obligando a la gente a recurrir a otros bancos en busca de una solución, pero el problema persiste en todas partes. La larga espera bajo el sol y las amenazas de que los recursos serán cancelados si no se cobran a tiempo solo aumentan la ansiedad de la población.
Es lamentable que, además, se esté manipulando a la gente para que apoye a cierto partido político como condición para seguir recibiendo ayuda, lo cual refleja una clara falta de ética en la gestión de estos programas. Es urgente que se tomen medidas para solucionar esta crisis y garantizar que los beneficios lleguen a quienes más los necesitan, independientemente de su afiliación política.