Lecciones

Ojalá.

La Columna de opinión de Oscar Glenn

Si a la Infodemia que se combinó con esta Pandemia, no se le hubiera minimizado y si además el vocero de la autoridad sanitaria, en lugar de abogar como militante pisando terrenos inverosímiles, se hubiera mantenido neutral sin abonar a la polarización, al margen de debates, descalificaciones e insinuaciones de índole politico; hoy quizá tendríamos una mejor respuesta de la población a las indicaciones sanitarias y quizá otros datos sobre el contagio.

El experto en medicina convertido en aprendiz de político mermó su autoridad profesional, quedó expuesto a la crítica y cuestionamientos sobre sus estrategias e indicaciones, al punto que las contradicciones se hicieron habituales. No se si un día lo reconozcan, pero deberían registrar como hoy la gente duda sobre lo que debe hacer, porque duda si amerita que el semáforo de riesgo sanitario tenga color rojo, naranja, amarillo o verde en un determinado lugar.

Cubrebocas obligatorio

Efecto de lo anterior, ahora sabemos que en la Capital del Estado de México, el Ayuntamiento de Toluca, aprobó aplicar progresivamente amonestaciones, multas y arrestos a quienes no usen cubrebocas en los espacios públicos, porque estamos intentando retomar paulatinamente las actividades productivas en el espacio público.

No me gustaría ver forcejeando a policías con ciudadanos por esta causa, pero parece que las sanciones han sido la medida coercitiva a la cual se ha visto orillada la autoridad local dada la renuencia de mucha gente a cuidarse y cuidar a sus semejantes de los contagios, por la urgencia de salir a trabajar, ya que tampoco hubo estrategia integral para apoyar a quienes deben ganarse el sustento diario fuera de casa.

Menos computadoras

Escuché al Presidente defender la decisión de retirar hasta el 75% de los equipos de cómputo de la Secretaria de Economía del Gobierno Federal, por una política de austeridad -a mi parecer suicida- para no pagar la “costosa” renta de los equipos.

Fue grotescamente regresivo su argumento de compartir equipos, preocupa que piense lo que dijo y que quizá no sepa lo que hace la dependencia, o que en algún momento piense que puede dejar de hacerlo, hacerlo más lento, o que piense convertirla en la Secretaría de la Austeridad y acabe considerando despedir al 50% del personal que ahí labora y que estaría desocupado esperando su turno para utilizar un equipo de cómputo.

¿Alguien se acuerda cuánto aprendió en las escuelas pública sobre computación, cuando tenía equipos casi obsoletos que usaba turnándose con algún compañero?

A contrasentido de la modernización y tecnologización del Gobierno, donde precisamente las computadoras en algún momento permitieron disminuir el número de empleados, el uso de varios materiales de papelería y agilizar la comunicación para la resolución de trámites al ciudadano, ahora insinuan esto.

Ya imagino porque en noviembre del año pasado la seguridad informática de PEMEX fue vulnerada afectando el funcionamento de la empresa de manera importante, aunque se hubiera querido minimizar el hecho, estuvieron buen tiempo trabajando sin red interna y sin conexión a internet. Y cómo olvidar que la Secretaría de economía también fue víctima de un hackeo de sus ervidores, teniendo que suspender sus trámites en línea.

¿Acaso alguién calculo que con menos computadoras disminuirían esos problemas?  

Recuerdo que en la campaña por la presidencia, al menos dos candidatos tenían programas de innovación y aprovechamiento de las tecnologías de la informacion, que convocaban a nuevas generaciones a involucrarse asi en el desarrollo de México. Ojalá algo de eso se hubiera rescatado sin complejos, pero simplemente no fue.

Al dia siguiente de exhibirse la situación, decidieron revocarla, lo cual digamos que es favorable. Pero que a alguien se le haya ocurrido y lo hubieran autorizado está de pensarse.

Ojalá que todo esto hubiera sido una mala broma.