Karina Ramírez Karina Ramírez

Cerrando ciclos en la UAEM

#Ojalá

Por @OscarGlenn

Culmina un ciclo más en la Universidad autónoma del Estado de México, la era del rector Alfredo barrera Vaca está prácticamente concluida.

Un período que se caracterizó por una gran cantidad de desafíos y turbulencias que hicieron cimbrar a la máxima casa de estudios del Estado de México, torbellinos algunos heredados, otros extendidos por la dinámica social de nuestro tiempo y algunos más autogenerados, por  el que creo yo, es el natural ímpetu que debe caracterizar a quien encabeza una institución de la envergadura de la UAEMex, donde -aunque quizá no guste-había que correr el riesgo de equivocarse pero intentar evolucionar en diferentes aspectos conforme a la visión de quien la encabezaba. 

Alfredo Barrera, en la cima de su trayectoria universitaria, se empeñó en hacer prevalecer su idea del desarrollo académico de la institución por encima de cualquier otra cosa y al parecer alejado de las formas y fuerzas  políticas que giran en torno a la Máxima Estudios, asumió los costos y los nuevos adversarios por intentar a toda costa consolidar el proyecto que traía en mente, romper con diferentes inercias y encaminarse por el sendero en que a mediano plazo, todos los resultados académicos pudieran justificar las modificaciones. 

Antes que su ideal pudiera consolidarse, las fuerzas opositoras y asimismo la diversidad de pensamientos e inquietudes latentes en esta institución, mostraron que necesitaban sólo un pequeño pretexto para emerger y externar con fiereza sus exigencias de manera sucesiva e intransigente. Enfrentarlo requería modificar el plan de ruta y mostrar capacidad de reacción.

El legado quizá se tendrá que apreciar con algo de distancia, no por simpatías o antipatías presentes, sino por los resultados irrefutables y atribuibles sólo a esta gestión que hoy tiene que cumplir con esquemas de fiscalización más rigurosos, que empezó a sanear las finanzas y saldar añejas deudas, que aumentó él número de estudiantes aceptados en preparatoria y licenciatura, aún cuando los recursos no incrementaron; que arrostró la justa e irreductible demanda de erradicar el acoso y la violencia hacia las mujeres en todos los espacios; sorteó un paro estudiantil, una pandemia que provocó que más de dos semestres escolares y hasta el proceso de sucesión de la rectoría se desarrollarán sin actividades presenciales. 

La tranquilidad con la que el Rector Barrera Baca vuela a su actividad académica y a caminar por los pasillos universitarios, serán evidencia que hizo lo mejor que en su circunstancia fue posible, respetando en todo a nuestra institución. ¡Ojalá!