Violencia contra la mujer, la otra pandemia que azota al país.

Huauchinango, Pue. - La violencia contra la mujer se ha convertido en la otra pandemia que azota al país, su incontrolable crecimiento es el reflejo de las deficiencias que tiene el Estado mexicano para garantizar la seguridad de las mujeres.

El “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres” es promovido por las Naciones Unidas para concientizar sobre las formas de violencia perpetradas contra ellas a nivel mundial.

En el territorio nacional el problema es grave, pues las agresiones contra las féminas tan solo durante los seis meses de confinamiento crecieron de manera considerable.

Respecto al tema el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, confirma que, de enero a septiembre de este año, más de 912 mil llamadas relacionadas con violencia fueron recibidas.

De esas, cerca de 200 mil corresponden a incidentes de violencia contra la mujer, 181 mil se relacionaron con casos de violencia de pareja y más de medio millón fueron llamadas vinculadas con temas de violencia familiar.

Durante la pandemia de COVID-19 el hogar dejo de ser un lugar seguro para muchas mujeres y niñas, pues la cuarentena establecida para la mitigación de la enfermedad las llevo a estar más en contacto con sus agresores, al final la medida que inicialmente fue desarrollada para proteger la salud se ha convertido en un peligro potencial para su integridad.

El Secretariado Ejecutivo también señala que, hasta el mes de octubre de este año, 2,854 mujeres fueron asesinadas, la cifra indica que del total de las víctimas 2,150 fueron homicidios dolosos y 704 feminicidios.

Por su alta prevalencia, el feminicidio tiene gran relevancia en el panorama nacional, pues queda claro que no existen condiciones ni los gobiernos alcanzan a ofrecerlas para garantizar la seguridad de la comunidad femenil.

En ese mismo contexto la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, resalta que la violencia contra mujeres y niñas no es un problema nuevo, ha crecido en México de manera incontrolable y ahora con la pandemia lo ha vuelto más evidente.