Tulancingo de Bravo, Hidalgo.- La afluencia de pasajeros en la central de autobuses ha bajado aproximadamente en un ochenta por ciento, e incluso durante el día jueves, de gran asistencia de personas al tianguis central municipal, así como a la plaza del vestido y el tianguis de autos, la caída en venta de boletos llegó al 90 por ciento.
Lo anterior fue confirmado por empleados de taquillas en dicha central, con una situación tal, que corridas a la Ciudad de México, que regularmente salen cada 20 minutos, ahora llegan a demorar hasta dos horas, en espera de contar por lo menos con15 pasajeros por autobús para que este pueda dar el servicio.
Las salidas a la ciudad de Pachuca, que regularmente ocurren cada diez minutos, están teniendo salidas en promedio cada 40 minutos, esperando también tener una cantidad mínima de 15 pasajeros para poder dar el servicio.
La muy baja afluencia de pasajeros obedece a la actual emergencia sanitaria nacional por coronavirus, donde buena parte de la población ha decidido no viajar como una medida de protección a posibles contagios.
Uno de los taquilleros consultados dijo que a los pasajeros se les está aclarando al momento de comprar su boleto, que no es segura la salida del autobús en la hora señalada, pues ante la baja afluencia de viajeros, las corridas se cancelan en varios casos.
En otra compañía, la encargada de venta de boletos señaló que la cancelación de actividades en Plaza del Vestido, así como en el tianguis de autos, afectó la actividad de las líneas de autobuses, pues mucha de la gente que asiste a dichos espacios comerciales son personas que provienen sobre todo del Estado de México, así como de la capital del país.
En los pasillos de la central de autobuses, había no más de una veintena de personas esperando la salida de su autobús, con la esperanza de que la corrida no fuera cancelada por falta de viajeros.
Las sillas de la sala de espera tenían colocadas cintas de precaución, así como carteles advirtiendo que debían dejarse libres ciertos asientos, para cumplir con los protocolos de sana distancia.
Por Daniel Martínez Martínez