Se han convertido en lugares donde sólo caminan trabajadores que día y noche aceleran los trabajos.
Violeta García Rojas
La escuela preparatoria Lázaro Cárdenas, donde perdieron la vida tres personas, el pasado 19 de septiembre, así como el Museo Casa de Alfeñique, ubicadas en los números 414 y 416 de la 4 oriente y 6 Norte del Centro Histórico de Puebla, se han convertido en lugares donde sólo caminan trabajadores que día y noche aceleran los trabajos.
A un mes del sismo de 7.1 en la escala Richter, Antonio Domínguez, recuerda la nube de humo que salió de la preparatoria de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, después de los segundos del movimiento telúrico, que para él fueron eternos.
“Murieron tres personas, dos estudiantes y una trabajadora administrativa, fueron horas de anguistia porque se pensaba que había más víctimas al interior”.
Su negocio de venta de talavera con razón social Tibor, se encuentra a unos metros de La Casa de Alfeñique y la Preparatoria Lázaro Cárdenas.
Antonio, quien perdió parte de su patrimonio, al colapsar sus bodegas de artículos de talavera, aseguró que poco a poco intentan olvidar el fatal episodio que se vivió en la escuela, que desde las 7:00 hasta las 20:OO horas se escuchaban las voces, risas murmullos, y hasta juegos de fútbol en la calle que organizaban los preparatorianos, quienes fueron reubicados.