El tatuaje es una práctica milenaria que lleva alrededor de 5,200 años realizándose, en cada cultura adquirió en significado distinto.
Sharon Vásquez Portocarrero
Los tatuajes son una marca a elección que cuentan una historia de sumo significado para quien decide portarlos por el resto de su vida. Como cada año, este 17 de julio está práctica es celebrada a nivel internacional, desde que en Estados Unidos, tatuadores lo denominaron como el National Tatto Day, para destacar la importancia de su trabajo en la expresión personal y corporal e incluso artística.
La palabra tatuaje viene del polinesio ‘Ta’ que significa golpe, que a su vez evolucionó en la palabra tahitiana tatau que significa marcar algo; haciendo referencia al método tradicional de aplicación de los diseños, su evidencia más antigua data de hace 5200 años y se encuentra en el cuerpo de Ötzi, mejor conocido como el Hombre de Hielo, la momia más famosa de Europa.
Para cada cultura los tatuajes conservan un significado distinto, en el Antiguo Egipto, por ejemplo, se utilizaban para fines médicos, mientras que las mafias japonesas lo usaban como una forma de expresar lealtad y valentía, en América, antiguamente se han asociado con elementos mágicos y religiosos.
Pese a tratarse de un arte antiguo, aún es común que socialmente la tinta en la piel se interprete como símbolo de rebeldía o maldad, en algunos casos, quienes lo portan suelen enfrentarse a episodios de discriminación dificultando incluso, su inserción en el ámbito laboral, sin embargo, este estigma afortunadamente va en detrimento y se ha reemplazado por la idea de la “liberalización de los cuerpos”, eligiendo sobre el propio.
Tatuarse varía su costo dependiendo de diversos factores como el tamaño y detalle del diseño, el tiempo que tome hacerlo lo podría definir; por hora, un tatuador puede cobrar entre $800 y $1500 y en el precio también se halla la experiencia de quien lo realiza.
Las tintas a usar también son un aspecto a considerar, ya que en el uso de las de colores, se eleva el costo; otra de las variables es el área del cuerpo en el que se plasmará, pues hay zonas más sensibles y complicadas que otras, que representan dificultad para el tatuador por la dureza/grosor de la piel, sin embargo, los lugares con más músculo como brazos, piernas u hombros son menos dolorosas y de fácil acceso.
El tatuaje es una laceración en la piel, una herida que se va creando de tal manera que a través de microagujas, la tinta se deposita en las diferentes capas de la piel, por lo que, en condiciones no adecuadas de higiene, existe el riesgo de contagiarse de una infección por vía sanguínea.
En este sentido, es muy importante que, si existe interés en realizarse alguno, se acuda con profesionales en este arte, porque no solo se corre el riesgo de llevar de por vida una frase mal escrita o un trazo mal dibujado.
Hay que elegir priorizando la salud en espacios que cuenten con todas las medidas de higiene que por ley se requieren. Un estudio profesional tendrá todos los permisos requeridos para tatuar, que incluyen licencias de tatuadores, aviso de funcionamiento de Cofepris y permisos de delegación, así como staff capacitado en primeros auxilios.
