Valle de Tulancingo, Hidalgo.- A más de tres años de iniciar su construcción, el Centro de Acopio Lechero del Valle de Tulancingo no registra avances importantes para ponerlo en operación.
Cuestionada al respecto, la diputada federal por Tulancingo, Isabel Alfaro Morales dijo desconocer por qué no había avance en la construcción y equipamiento de dicho centro.
Fue la misma legisladora federal quien aseguró en septiembre del año pasado que el centro de acopio lechero regional iniciaría operaciones antes de finalizar el 2022, lo que obviamente, no se cumplió.
El banderazo de inicio de obra fue el 21 de julio del año 2019, asignando presupuesto proveniente del gobierno federal por 12 millones de pesos.
En aquel momento se aseguró que el servicio hacia los lecheros de la región para poder vender su producción iniciaría en octubre del año 2020.
Pero a inicios del año 2020 se detuvo sin explicación alguna, retomándose hasta inicios de agosto del 2022; es decir, más de un año y medio después, para volverse a detenerse la obra civil a finales del mismo año.
Al no existir avance en la obra, ni siquiera hay colocación de equipamiento, así como las respectivas de funcionamiento.
Alfaro Morales señaló que el tema de retomar la construcción y equipamiento del centro de acopio lechero sería responsabilidad del gobierno del estado de Hidalgo, por lo que sería este el que realizaría las gestiones respectivas.
Dijo tener conocimiento que el gobernador Julio Menchaca Salazar se reunió recientemente para tocar este y otros temas con Leonel Cota Montaño, director de la Agencia de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).
Reconoció no conocer los detalles de dicha reunión.
El terreno donde se llevaba a cabo la construcción de las instalaciones del Centro de Acopio Lechero del Valle de Tulancingo se ubica en la colonia San Nicolás el Chico, siendo donado el espacio.
En cuanto inicie operaciones, podrá recibir la producción lechera de los municipios de Acatlán, Cuautepec y Tulancingo, así como otros donde existan cabezas de ganado vacuno.
Por Daniel Martínez Martínez
