- El comercio local que esperó más de cuatro meses para volver a tener comensales o clientes, se vieron rebasados ante la multitud de gente que arribó a la zona verde
Ocoyoacac, México.- La zona de la Marquesa, en Ocoyoacac, fue desbordada este fin de semana. Familias enteras rompieron el confinamiento anticipadamente, ya que no aguantaron más para pasar un rato de esparcimiento, aunque poniendo mal ejemplo ya que en su mayoría fueron renuentes al uso del cubrebocas y a la sana distancia.
El comercio local que esperó más de cuatro meses para volver a tener comensales o clientes, se vieron rebasados ante la multitud de gente que arribó a la zona verde, pese a que contaban con los protocolos sanitarios de salud e higiene.
En la zona recreativa el sábado y domingo, previo a que el Estado de México pase del color rojo al naranja, el silencio se rompió y en su lugar se escuchó a la muchedumbre, niños gritando y corriendo de un lado a otro, el encender y apagar de los motores de los autos particulares.
La zona de atracciones abiertas al público, lucieron atiborradas de personas, escena que eran típicas antes de la pandemia de COVID-19, y que ahora son un riesgo.
En el área de comida está Dalia, propietaria de una cabaña quien tuvo que despedir a buena parte de su personal, pero que está gustosa de la reactivación y que poco a poco comienzan a llegar los comensales a la región después de tres meses de haber cerrado.
Para ella es empezar de cero pero con medidas bien establecidas como cubrebocas al entrar, una sola mesa por local, sin cartas, con gel antibacterial, jabón en baños y sanitizantes.
Para que todos tengan ingresos, los del pueblo de Salazar acordaron que conforme van llegando la gente en sus carros, los envian a una cabaña diferente para que todos tengan clientela e ingresos, además con eso respetan la medida de que solo pueden operar con un 30 por ciento de clientes, incluso para proteger a los clientes usan desechables, aunque lamentan que no todas los visitantes siguen las reglas y se molestan porque les piden seguirlas.
En el área del monumento Las Alas, hay decenas de familias que han parado para tomarse fotos, para caminar, subirse a un caballo, a las motos y otros simplemente a estirar los pies, si bien aplauden los protocolos de sanidad establecidos, lamentan que no todos los siguen y por ello mantendrán distancia con otras familias.
Gerardo GARCÍA HERNÁNDEZ
FACEBOOK: Gerard García
TWITTER: @GeraGaHer
