En el ejercicio del poder ha quedado demostrado una vez más que los actos de corrupción dentro de las estructuras gubernamentales no distingue ideología política, ni tamaño e importancia de la entidad federativa. Candidatos viene, candidatos van, gobernadores llegan, gobernadores se van y todo sigue igual.
En los últimos tiempos la demagogia ha sido el instrumento o bandera política de las fuerzas políticas en nuestro país, pero la realidad es que de nada ha servido el hecho de alardear y declarar que se tienen pruebas contundentes que reflejan los actos de corrupción e impunidad de un gobernador en turno. Recientemente Jaime Rodríguez Calderón, mejor conocido el bronco llegó a la gubernatura de Nuevo León como candidato independiente con la consigna de meter a la cárcel a su antecesor Rodrigo Medina, de eso ya paso poco más de un año y todo sigue igual.
En septiembre del 2015 Claudia Artemiza Pavlovich asume el gobierno de Sonora, documentó y evidenció el quebranto institucional, la corrupción, impunidad y la deuda con acreedores de su antecesor Guillermo Padrés, a un año de distancia y ya prófugo es buscado por todo el mundo con ayuda de interpol.
En las elecciones locales pasadas se utilizó la misma bandera electoral, evidenciar la corrupción e impunidad, al menos de los gobiernos de los estados de: Tamaulipas, Quintana Roo, Chihuahua y Veracruz. Los exgobernadores de Tamaulipas y Quintana Roo ya entregaron sus respectivos gobiernos y no ha pasado nada. El de Veracruz ya ha solicitado licencia al cargo y se presume que ya no será visto de manera pública, sólo falta saber el destino inmediato del actual gobernador de Chihuahua.
El gran cuestionamiento es, hasta cuando señores legisladores instrumentarán el Sistema Nacional Anticorrupción, no nos hagan pensar que de nada ha servido el esfuerzo de organismos no gubernamentales y ciudadanos de a pie que han manifestado por distintos medios, un ya basta a la corrupción y a la impunidad. No abonen más a la demagogia de los candidatos que ahora son gobernadores.
Comentó para ustedes Jorge Carrión.
