No hay que dejar de voltear hacia el otro lado
Los movimientos, fintas y amagues de los actores políticos de las distintas fuerzas electorales en la entidad han acaparado y seguirán acaparando la atención de los distintos medios de comunicación y de quienes están interesados de una forma u otra en estas trivialidades mundanas. A partir de la información vertida en los medios de comunicación por los distintos actores políticos, intentamos construir, al menos en la imaginaria, los escenarios posibles en el mediano plazo. E incluso intentamos atar cabos donde no los hay y viceversa, pasamos por inadvertidos dónde realmente si existen.
Lo único cierto es que al final del día, cada uno de los actores políticos juega a construir su escenario idea a partir de los méritos partidistas y de la experiencia acumulada que cree poseer, pero la experiencia reciente dentro de las distintas fuerzas políticas han mostrado que estos elementos, que en la lógica debiesen representar la base para la toma de decisiones en la definición y ungimiento de un candidato, y máxime, el candidato de un partido político para la que es la entidad federativa más grande e importante poblacional y económicamente hablando del país.
En síntesis, lo que pretendo establecer es que el proceso político-electoral a través del cual se tendrá que renovar la gubernatura del Estado de México, ha robado poderosamente nuestra atención, y hemos dejado de lado, e incluso hasta por momentos olvidado que hacia la primera quincena del mes de mayo del 2017, la comunidad universitaria tendrá que elegir a un nuevo rector. Desde luego que la designación del nuevo inquilino de la calle de Instituto Literario no es un asunto menor, es y debe ser del interés general, tanto para los que fuimos formados en el seno de sus aulas, como para los habitantes todos, pues de manera directa o indirecta en nuestro círculo familiar o primario o en nuestro entorno vecinal o de amistad conocemos a un universitario.
El proceso para la designación del sucesor de Jorge Olvera ha sido discreto y en ocasiones hasta controlado políticamente, en la idea de no desbordar los ánimos de los aspirantes, que a diferencia de la contienda gubernamental, aquí son pocos los aspirantes y el número es más reducido si tomamos en consideración sólo a aquellos que tienen o cuentan con verdaderas oportunidades de transcender y de materializar su aspiración. Los que saben de estos asuntos señalan que la disputa real por el trono rectoral está entre dos de los actuales secretarios (docencia y administración), que ambos gozan de la simpatía de su jefe y que por tal motivo les ha conminado a la disciplina y al mantenimiento de un bajo perfil. También dilucidan estos expertos que habrá que sumarse un tercer candidato, con la finalidad de que formar un terna y de colocar en la imaginaria una contienda un poco más reñida y equitativa. Y que este tercer candidato sería de sexo femenino para dar cumplimiento a la equidad de género y para que las damas, que por cierto son un número importante dentro de nuestra alma mater, estén debidamente representadas.
Un elemento más que se tendrá que tomar en consideración a la hora de definir al próximo rector de la UAEMEX es sin lugar a dudas, saber además del nombre de los candidatos de las principales fuerzas políticas a la gubernatura, conocer sus propuestas de gobierno en torno a la educación superior, tal vez este sea el motivo principal por lo que se este proceso ha sido hasta el momento discreto.
Dejando de lado el aspecto político dentro del relevo institucional de la rectoría, existen aspectos de fondo que como universitarios todos debemos colocar en la palestra y en el discurso oficial: aspectos que deben de girar en torno a los programas de investigación y desarrollo; en torno a los programas académicos y de oferta educativa; en torno a la responsabilidad social con el Estado; en torno a la articulación con los sectores público y privado; y en torno al activo más importante de toda institución pública de educación superior, el atesoramiento de su comunidad, pues al final del día el rector en turno debe de afianzar y orientar sus esfuerzos hacia ella, por la simple y sencilla razón de que a ella se debe.
Jorge Carrión
@jocait69