La talabartería y el piteado, es decir, el bordado con pita, están presentes en esta familia desde 1912 cuando Joaquín llegó a la Hacienda de San Bernardino, en la capital mexiquense
Toluca, México, 12 de mayo de 2021.- Desde hace hace unas cuatro décadas Vianey Rebeca Flores y su esposo, Raúl Pérez Carmona, se dedican a la talabartería y piteado, son ahora la única familia de piteadores que hay en Toluca; el reconocimiento a su labor fue haber creado con sus manos el “cinturón mestizo” que se entregó en la reciente pelea de box entre Saúl “Canelo” Álvarez y Billy Joe Sanders.
El ganador fue el mexicano, algo que ha llenado de orgullo al matrimonio, pero sobre todo a Vianey, quien aseguró que ese momento serviría para “decir que su esfuerzo, su dedicación, sus diseños y sus manos sí sirven para este negocio”, donde muy pocas mujeres tienen cabida.
La talabartería y el piteado, es decir, el bordado con pita, están presentes en su familia desde 1912 cuando su abuelo Joaquín llegó a la Hacienda de San Bernardino, en la capital mexiquense, ahí le enseñaron el oficio que transmitió a su hijo y después aprendió ella con solo 13 años de edad.
Con una sonrisa cuenta que a esa edad agarró su “primer cuerito y ahí hice mis primeros pininos solo para ver si podía hacerlo”, le gustó y después fue perfeccionando la técnica. Para ese entonces su papá le bordaba a talleres reconocidos de Toluca.
Hasta las puertas de ese taller que tenía su padre, llegó Raúl Pérez, quien entonces tenía solo 15 años y experiencia en el campo. Aprendió a pitear y después fue el encargado de hacer los bordados para los diseños que encargaban los clientes.
Cuando se casaron tuvieron que poner su propio taller pues las pocas talabarterías que había en Toluca cerraron; se dedicaron exclusivamente a los cinturones, las fundas de celular, las fundas de pistolas, montaduras.
Juntos han obtenido varios premios a nivel nacional en diferentes competencias, una con una montura de caballo.
Cuando los fueron a ver para que hicieran un cinturón para el Consejo Mundial del Boxeo (CMB) no tenían idea de lo importante que sería su trabajo. Un mes y una semana costó plasmar el diseño que encargaron cuya temática era la charrería y hacer el bordado; en total seis menos intervinieron en ese cinturón, las de Vianey, las de Raúl y un empleado más.
El cinturón que ganó El Canelo lleva cuatro suertes charras, una de ellas la escaramuza, que representa a la mujer en la charrería, dos caballos frisones y alrededor de 30 flores con ornamento que lo hacen una obra de arte única.
Ambos coincidieron en asegurar que el cinturón es una obra única, pues aunque hicieran una réplica sería diferente porque cada una se hace a manos y tiene variaciones aunque lleve el mismo diseño
Los buenos resultados los llevaron a ser los elaboradores del “cinturón mestizo”, para una pelea de box que para ellos es muy importante para sus carreras en la talabartería y un premio a la dedicación y el esfuerzo que ya no pudo ver cristalizado el padre de Vianey, quien murió hace siete años y fue quien les inculcó la profesión.
El momento de la premiación fue para ellos “la culminación de haberle dicho a mi papá que si servía para esto, porque mi papá dijo ¿talabartera una mujer? yo creo que no, pero sí… lo agarré como diversión y para ver qué podía hacer, nunca pensé que podríamos hacer tantas obras de arte”, concluyó.
