El diputado local y vicecoordinador del PRD en la Cámara de Diputados del Estado de México, Javier Salinas afirmó que costear el programa “Salario Rosa” implicaría más de 28 mil millones de pesos equivalentes al 10 por ciento del presupuesto estatal.
El salario rosa ofertado en campaña por el priísta Alfredo del Mazo es inviable porque costearlo implicaría más de 28 mil millones de pesos equivalentes a 10 por ciento del presupuesto estatal, advirtió el diputado local Javier Salinas.
El legislador refirió que al mes de agosto de 2017, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social registró 3 millones 974 mil 980.8 mujeres mexiquenses como parte de la Población Económicamente Inactiva (PEI).
La Tarjeta Rosa, conforme a lo ofrecido, implicaría depósitos de 600 pesos mensuales o 7 mil 200 anuales por beneficiaria.
Por tanto, apoyar a todas las mujeres mexiquenses que integran la PEI costaría 28 mil 619 millones 861 mil 760 pesos cada año.
Esta cantidad equivale a un incremento de más de 10 por ciento del presupuesto ejercido en 2016, según la Cuenta Pública de ese año, y de poco más de 9 por ciento del presupuesto aprobado para 2017.
Es decir, en promedio se traduce en el uso de 10 por ciento del presupuesto estatal encaminado a un solo programa.
Para evadir el compromiso, expuso Salinas Narváez, el gobernador electo podría otorgar el programa a dos deciles de las mujeres mexiquenses que no forman parte de la PEI, lo que desde su punto de vista dejaría patente que la promesa de campaña fue un engaño y no representará una especie de salario para la totalidad de las amas de casa de la entidad que sólo se dedican a las labores del hogar, como se comprometió.
Por estas razones, Salinas Narváez adelantó que en el marco de la discusión del Paquete Fiscal 2018 se mantendrá atento para verificar de dónde se obtienen los recursos que costearán la oferta, a fin de evitar que en el afán de cumplirla se creen o aumenten impuestos, se afecten recursos en salud, educación, para programas sociales o para el campo, o que se subestimen y escondan recursos para escapar a la fiscalización de la Legislatura local.
La tarjeta rosa, consideró, tuvo como objetivo la compra y coacción del voto, después del fracaso de las políticas públicas en materia económica y social en la entidad, cuyo beneficio no se refleja en el bolsillo de los mexiquenses.
