Hidalgo figura en los primeros lugares de consumo de drogas como metanfetaminas, alucinógenos, crack y éxtasis, de acuerdo con el Sistema de Información Epidemiológica del Consumo de Drogas.
Pachuca de Soto, Hidalgo.- El reporte se elaboró con información aportada por pacientes de primer ingreso a tratamiento en Centros de Integración Juvenil (CIJ), durante el segundo semestre del 2022, quienes hicieron uso de drogas como cannabis, inhalables, cocaína, crack, metanfetaminas, éxtasis, heroína y alucinógenos.
De las sustancias ilícitas antes mencionadas, Hidalgo aparece entre las entidades con consumo por arriba del promedio nacional.
Por ejemplo, en el uso de crack la entidad se posicionó en el noveno lugar, con 13 por ciento de personas consultadas que reconocen realizar dicho consumo.
A nivel nacional, la tasa de consumo es del 12.3 por ciento.
Con un 56.5 por ciento, Hidalgo está en tercer lugar nacional en la ingesta de metanfetaminas, como cristal, hielo y metanfetaminas, por detrás de Colima y Jalisco.
También se tiene un tercer lugar por el uso de alucinógenos con un 23.9 por ciento de los encuestados, cuando la media nacional es del 12 por ciento.
En la misma estadística se señala que Hidalgo se ubica en el quinto lugar nacional por el consumo de éxtasis, por detrás de Tlaxcala, Querétaro Oaxaca y Nuevo León.
Hace unos días, Luis Ricardo Olvera Molina, director general del Instituto Hidalguense de la Juventud (IHJ), señaló que Hidalgo está en primer lugar nacional por consumo de la droga sintética conocida como cristal.
Señaló que gran parte de las personas que llegan a un consumo de cristal empiezan con el alcohol, “es la primera puerta que se va abriendo y de ahí una invitación a otras sustancias”.
Agregó que es a través de terceras personas que niñas, niños y adolescentes acceden a la droga cristal, haciéndose adictos a su consumo.
Respecto a si son personas menores de comunidades rurales o urbanas, el titular del IHJ explicó que, generalmente, son de comunidades alejadas donde más acceso tienen, precisamente porque se ha disminuido la supervisión, tanto de las familias como de las instituciones educativas.
