- Menor de edad muere tras pelea con su agresora
- Ya se habia hecho una denuncia con autoridades escolares pero estas hicieron caso omiso
El acoso escolar es un proceso de agresión a lo largo del tiempo, es decir, no ocurre en un solo día y tampoco desaparece por arte de magia; cuenta, además, con tres personas indispensables para que suceda: la víctima, la o él agresor, y los observadores, muchas veces apoyadores de esa violencia.
Norma tenía 14 años, era una adolescente que sufría de acoso escolar y que en repetidas ocasiones lo denunció con autoridades escolares, los cuales hicieron caso omiso. Para poder frenar este abuso, Norma accedió a tener una pelea con su agresora.
Para cuando su acosadora retó a Norma Lizbeth a una pelea callejera, ya había soportado agresiones previas de varios de sus compañeros. Aceptar el enfrentamiento fue una consecuencia, no el origen del problema.
El 21 de febrero de este año, las estudiantes de la Secundaria Oficial 0518 Anexa a la Normal de Teotihuacán se pelearon fuera de las instalaciones escolares, antes de entrar a clases en el turno vespertino. Ambas fueron llevadas ante la directora de la escuela ese mismo día, quien tomó diversas medidas para abordar el problema de la violencia.
El 14 de marzo, la directora de la escuela informó al supervisor escolar sobre la muerte de una de las estudiantes involucradas en la pelea. Norma Lizbeth había permanecido hospitalizada durante 20 días debido a los golpes que recibió en la pelea, pero finalmente falleció por “traumatismo craneoencefálico”.
El miércoles 15 de marzo, el cuerpo de Norma Lizbeth fue sepultado en presencia de amigos, familiares y conocidos. Al día siguiente, el 16 de marzo, se realizó una marcha para exigir justicia por su muerte.
Después de la marcha, algunos allegados a la víctima, como su hermano Omar Ramos, sostuvieron una reunión con autoridades escolares. En el encuentro, se llegó a un acuerdo para destituir a la directora del plantel del turno vespertino y se anunció la instalación de equipo de videocámaras dentro del centro educativo como medida preventiva para evitar futuras riñas.
