El error sería que el gobierno federal no tome en cuenta a los expertos en el área operativa y que sea gente ajena al tema de la seguridad quienes definan el funcionamiento de la guardia nacional, indicó el especialista de la Libre de Derecho
Diana López Silva
La creación de la Guardia Nacional en México es una oportunidad de diseñar una política efectiva para el combate a la inseguridad, pero debe ser integral y consultando a los expertos para que no sea solamente un cambio de nombre, opinó José Antonio Aguas Cruz, profesor de la Escuela Libre de Derecho de Puebla (ELDP).
En conferencia sobre la creación de la Guardia Nacional, el especialista sentenció que lo peor que puede pasar es que el gobierno federal no tome en cuenta a los expertos en el área operativa y que sea gente ajena al tema de la seguridad quienes definan la estructura y funcionamiento de la guardia nacional, pues en ese caso correría el riesgo convertirse en un simple sistema de seguridad, como le ocurrió a la Gendarmería Nacional del sexenio de Enrique Peña Nieto.
El criminólogo explicó que de nada sirve tener un modelo reactivo, si no se tiene de manera integral un modelo preventivo del delito, que incluya recursos y capacitación para todas las áreas involucradas, desde la policía municipal hasta las autoridades que imparten la justicia, además de un involucramiento de la sociedad, no en el tema operativo, sino como impulsora de la renovación del funcionamiento de las instituciones de seguridad; “de lo contrario, será una política fallida”.
“Mi preocupación, como criminólogo, es que no le estamos apostando a la prevención, que es la otra parte del control de la inseguridad. No podemos erradicar, es mentira cuando en el discurso político se habla de erradicar el fenómeno de la inseguridad. No, tenemos que controlarlo, erradicar algunas conductas que contribuyen al fenómeno de la información, porque sí, pero no puedes hablar en general de que vas a erradicar el tema de la inseguridad, es muy importante el uso del lenguaje concreto, para que podamos evaluar en los resultados qué es lo que queremos, qué es lo que necesitamos, pero sobre todo qué fue lo que proyectamos”.
Finalmente, indicó que el cambio de administración del gobierno federal no es “una varita mágica” para acabar con la inseguridad, porque requiere de un diagnóstico preciso sobre la situación de México, para tomar las decisiones adecuadas y este modelo de seguridad debe apostarle también a la prevención del delito; “el avance en los resultados, será directamente proporcional al trabajo jurídico y político que se logre articular”.
