Investigación revela los daños que provocan a la salud los plaguicidas y cómo el rol de la mujer las obliga a estar en contacto con estos compuestos químicos.
La alteración en el ciclo menstrual de las adolescentes es uno de los factores asociados a la exposición directa e indirecta a plaguicidas, sostuvo la egresada de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma del Estado de México, Leticia Yáñez Estrada.
La jefa del Laboratorio de Género, Salud y Ambiente de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí detalló que, a partir de un estudio realizado en infantes en regiones agrícolas potosinas, que tuvo una duración de 13 años, fue posible evaluar los daños que provocan a la salud los plaguicidas y cómo el rol de la mujer las obliga a estar en contacto con estos compuestos químicos.
Al dictar una conferencia en la UAEM, la especialista en toxicología y farmacología indicó que las adolescentes acuden a las parcelas para llevar comida a sus padres.
“Ahí pueden ser rociadas accidentalmente con plaguicidas. Además, como parte de sus actividades en el hogar, lavan la ropa de trabajo de sus progenitores y al tallar la tela liberan los contaminantes”.
En el marco de este trabajo, abundó, se implementó un programa de salud y aunque no fue posible normalizar el ciclo menstrual en su totalidad, si se lograron otros beneficios, como el que las adolescentes adquirieran mejores hábitos alimenticios, una mayor conciencia para prevenir el embarazo adolescente, así como algunas medidas para protegerse cuando ingresan a las parcelas.
Leticia Yáñez Estrada subrayó la importancia de generar investigaciones interdisciplinarias que integren factores de género, determinantes para la comprensión de fenómenos sociales, pero que tienen afectaciones en la salud humana.
