En un gesto poco común en un país de mayoría musulmana, el gobierno iraní inauguró una nueva estación de metro dedicada a la Virgen María, con el propósito de rendir homenaje a la minoría cristiana y promover un mensaje de convivencia interreligiosa.
La estación, ubicada en el sur de Teherán, lleva el nombre de “Madre María” (Maryam-e-Moqaddas) y forma parte de la línea recientemente ampliada del metro capitalino. Durante la ceremonia de apertura, autoridades locales y representantes de distintas confesiones religiosas destacaron el simbolismo del acto, que busca reconocer la figura de María como un puente espiritual entre el cristianismo y el islam.
En la tradición musulmana, María (Maryam) ocupa un lugar de honor: es la única mujer mencionada por su nombre en el Corán y es considerada un modelo de fe y pureza. Este reconocimiento público, según medios iraníes, tiene como objetivo fomentar la tolerancia y el respeto hacia las comunidades cristianas, que representan una pequeña pero histórica parte de la población iraní.
Además del nombre, la estación incluye murales artísticos y textos que exaltan la figura de la Virgen María desde ambas perspectivas religiosas, mostrando frases del Corán y del Evangelio que resaltan su devoción y papel maternal.
Con esta inauguración, Irán busca enviar un mensaje de unidad cultural y espiritual, en un contexto regional donde las diferencias religiosas suelen ser motivo de tensión. Para muchos creyentes, la estación “Madre María” representa un espacio de encuentro y respeto mutuo entre dos tradiciones que, aunque distintas, comparten una misma figura de fe.
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