Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero, Hidalgo.- Por lo menos cinco familias de la colonia La Explanada, son afectadas por las descargas de sangre, vísceras y desechos orgánicos provenientes de un domicilio que funciona como rastro clandestino por lo menos una vez por semana.
Los vecinos señalan que desde noviembre del año pasado, denunciaron ante las autoridades municipales sobre la existencia del rastro clandestino, cuyos desechos taponaron el drenaje sanitario, provocando derrame de aguas residuales y malos olores, poniendo en riesgo la salud de la población en la zona.
La situación fue denunciada ante personal de la dirección municipal de Ecología y Medio Ambiente, que no dieron atención y seguimiento a la situación.
Fue personal de la Comisión de Agua, Alcantarillado y Saneamiento municipal (Caasst) quien aplicó la multa más alta que se tiene considerada por la descarga no adecuada de aguas residuales, de poco más de siete mil pesos.
Sin embargo, la situación continúa a dos meses de iniciada la situación y a un mes de la aplicación de la sanción económica.
Y es que de acuerdo a los vecinos afectados con la situación, el responsable del rastro clandestino se ha rehusado a aplicar las medidas para llevar a cabo de forma adecuada la descarga de las aguas residuales, así como para el manejo apropiado de los desechos orgánicos.
De acuerdo con la misma Caasst, el rastro clandestino no cuenta con registro alguno para su operación, por lo que podrían llevarse a cabo sanciones más severas, incluso la clausura definitiva, de continuar la situación.
Cabe señalar que los propios vecinos han tratado de llegar a una conciliación para resolver el tema de las descargas y arrojo de desechos orgánicos, pero señalan a su vez que el responsable del centro de matanza es una persona que no atiende la petición de diálogo, e incluso se comporta de forma prepotente.
Se prevé incluso solicitar la intervención de personal de la Jurisdicción Sanitaria Región Tulancingo para una revisión al sitio, y que se apliquen urgentes medidas a la situación.
Por Daniel Martínez Martínez