La alcaldesa afirmó que cada peso recuperado se ha traducido en beneficios tangibles: más de mil obras, 500 kilómetros de pavimentación, 60 mil luminarias nuevas, y 300 mil habitantes adicionales con acceso a agua por red
Redacción IKAM
La alcaldesa Azucena Cisneros Coss dio a conocer que su gobierno recuperó casi mil millones de pesos que anteriormente se perdían en actos de corrupción y privilegios, recursos que fueron destinados a obras, servicios y acciones prioritarias para mejorar la calidad de vida de las y los ecatepenses.
Durante su conferencia semanal, denominada “Devolverle al pueblo de Ecatepec lo robado”, detalló que tan solo el Ayuntamiento logró recuperar 547 millones de pesos, además de montos adicionales rescatados en el DIF, Sapase e Imcufideem.
Cisneros señaló que la administración recibió un municipio saqueado, sin maquinaria ni patrullas, con contratos inflados y servicios colapsados. Ante ello, dijo, fue necesario trabajar a marchas forzadas para revertir el abandono. A lo largo del año, el gobierno municipal presentó 137 denuncias y observaciones por presuntas irregularidades, además de someterse a 11 auditorías externas.
La directora del DIF, Edith Muñoz Jurado, exhibió sobreprecios detectados en compras de alimentos realizadas en 2024, con casos extremos como calabaza pagada a 220 pesos por kilo frente a los actuales 25 pesos, o leche en polvo adquirida en 5 mil 122 pesos contra los actuales 184.
La alcaldesa afirmó que cada peso recuperado se ha traducido en beneficios tangibles: más de mil obras, 500 kilómetros de pavimentación, 60 mil luminarias nuevas, y 300 mil habitantes adicionales con acceso a agua por red, además de una reducción en delitos de alto impacto, incluido el homicidio doloso. También destacó que su administración dejó de rentar maquinaria y adquirió equipo propio por más de 281 millones de pesos, recuperando patrimonio municipal.
Finalmente, agradeció el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, con quienes comparte —dijo— la convicción de que el dinero público “es sagrado y debe regresar a su origen: el pueblo”.
