Cuautepec de Hinojosa, Hidalgo.- “Que se digan las cosas como fueron, porque a veces la gente dice cosas que no pasaron”, señala con amabilidad, pero enfática, la señora Kahory, madre de la adolescente de 16 años, que perdiera la vida a manos de su propio abuelo, el año pasado, de acuerdo al veredicto del caso.
Tras haberse dictado sentencia de 43 años y nueve meses a su propio padre, hace unos días, por el delito de feminicidio en agravio a la menor, la joven madre dijo sentirse más tranquila, “en un proceso que fue desgastante emocional y físicamente, también en lo económico “.
El 25 de febrero del año pasado, la hija de Kahory fue encontrada sin vida al interior de un domicilio, ubicado en la comunidad de Santa María Nativitas, tras haber desaparecido el día anterior.
La menor presentaba huellas de haber muerto por asfixia, recayendo las sospechas en el padre de Kahory, el abuelo de la también estudiante del Colegio de Bachilleres en Cuautepec.
Apenas unos días después fue detenido por elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo, dando inicio al proceso legal, “donde siempre tuve el apoyo de mi esposo, de mis hijas, de mi madre, de mis hermanos, de todos mis familiares”.
Hasta el momento, desconoce qué pudo llevar al hombre a cometer el feminicidio en contra de su propia nieta, “pero no tuvo nada que ver con pleito por propiedades o dinero, la verdad es que hasta el momento no sé qué lo motivó a cometer ese acto”.
Por momentos, sus ojos se llenan de lágrimas, se quiebra su voz, pero no su voluntad, porque en los difíciles momentos vividos, “la familia siempre estuvo unida, sabíamos que era necesario por la difícil situación que estábamos viviendo”.
Entre lo más complejo que se vivió durante el juicio, que se prolongó por poco más de 14 meses, fue los rumores que existían sobre el caso.
“Eso duele, porque la gente, sin saber lo que había ocurrido, platicaba versiones, sacaba incluso conclusiones, eso fue muy complicado, considerando todo lo que pasamos a partir de la muerte de mi hija y el posterior juicio” hacia su propio padre.
Con la tranquilidad de haberse dado sentencia, dijo que se siente satisfecha de lo logrado a través del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, “finalmente, se revisó todo lo que se tenía que revisar”.
¿Qué sigue ahora para la familia? “Empezar desde cero”, dice, de forma concreta.
“Seguir nuestras vidas, seguir unidos, estamos evaluando, todos juntos, qué queremos como plan de vida”.
Y se aleja, con paso lento, amable, pero seguro…sabiendo que está su familia con ella, y con una sentencia ya dictada.
Por Daniel Martínez Martínez
