Por: Ricardo Joya
Cada “me gusta” que recibe una publicación, o un comentario favorable, es un disparo de dopamina en el cerebro y provoca una sensación de bienestar; por ello, la organización mundial de la salud (OMS) ya identificó que una de cada cuatro personas padece problemas relacionados con la adicción a las redes sociales…
De acuerdo con estudios recientes, 97 por ciento de los jóvenes entre 18 y 24 años de edad, utiliza facebook y se estima que el consumo de redes sociales se ubica entre tres y hasta ocho horas diarias…
Las instituciones públicas, las empresas y los gobiernos han optado, desde hace algunos años, por emplear esa red social para dar a conocer sus actividades y han generado distancia con los medios tradicionales de comunicación, lo que –por cierto- considero un error…
Las redes han generado la sensación de que estamos “conectados” con el mundo y el problema ya es equiparable a la ludopatía, es decir una adicción sin sustancia…
Naturalmente, como toda herramienta producida por el ser humano, depende de su uso para considerar que sea favorable o no en el desarrollo de las personas…
el uso de las tecnologías de información y comunicación, y particularmente de las redes sociales, han permitido el establecimiento de relaciones colaborativas en el ámbito académico, más allá de las fronteras de un entidad o un país, y han provocado que las nuevas generaciones tengan la capacidad de ser “multitareas”, de manera que pueden ejecutar distintas actividades al mismo tiempo. Ahora los jóvenes pueden estudiar, escuchar música, responder un correo, mensajes de celular y “atender” una conversación…
Sin embargo, también se han identificado problemas específicos como: aislamiento, depresión, pérdida de autoestima, estrés y dificultades para relacionarse con otras personas…
Muchos de quienes “viven” y se vinculan a través de las redes sociales, generan mundos virtuales donde fingen una situación de normalidad, muestran una actividad maravillosa al presumir espacios y situaciones que en realidad no existen…
El llamado es a observar el comportamiento que tenemos en el uso de las redes sociales e identificar señales que indican la existencia de una adicción, tales como: descuidar actividades importantes por atender cualquier red, ansiar la conexión, alejarse de quienes nos rodean –familiares, amigos, compañeros-, disminuir el rendimiento escolar o profesional y dormir menos para mantenernos conectados…
Sin duda el espacio virtual en las redes sociales, difícilmente podrá revertirse, pero sí es fundamental educarnos para su uso, porque estamos generando jóvenes cada vez más impacientes con el deseo de lo inmediato y de recibir “gratificaciones” fáciles e instantáneas…
Agradezco sus comentarios en Twitter en @rjoyac o en mi correo: joya.comunicacion@gmail.com
