No des “like”
Hace medio año escribí que las redes sociales son valiosísimas fuentes de información sobre qué hacemos, dónde vamos, qué consumimos, cuánto gastamos, con quién hablamos y hasta qué pensamos, lo cual genera una inmensa cantidad de datos (big data), procesados por algoritmos que realizan predicciones sobre nuestro comportamiento financiero, laboral, social, político, sexual y hasta criminal. Lo anterior se dimensiona si pensamos que Facebook (Fb) tiene acceso a datos de mil 200 millones de usuarios activos al día y que todos cedemos de forma gratuita nuestros datos a cambio de tener vida social en esa red, por ello algunos analistas sugieren pensar dos veces antes de pinchar el “like” ó “me gusta”. Un estudio de la Universidad de Cambridge indica que con 10 likes se puede conocer a un usuario mejor que sus amigos; con 150 más que su pareja; y con 300 descubren más de lo que cualquiera sabe de sí mismo. El historiador israelí Yuval Harari advierte que, de seguir por ese camino, Fb podrá tener el control que la KGB soviética nunca tuvo.
Además, el libro World without mind (Mundo sin mente) de Franklin Boer, dice que Fb, aquella utópica ágora democrática que pregona Mark Zuckerberg, más bien es un poderoso monopolio cuyo negocio es la extracción y análisis de información a través de algoritmos que analizan cada like que damos. Los usuarios no sabemos que la empresa funciona con algoritmos y que los likes son utilizados con fines comerciales y políticos. Ese big data es una mina de oro para empresas y gobiernos que quieren incrementar ganancias y votantes. El mejor ejemplo se dio en Estados Unidos en 2016, donde no sólo hackers rusos sino empresas de ultraderecha como Cambridge Analytica, adquirieron información a través de Fb con la cual influyeron para que Trump ganara las elecciones.
Pero la cosa podría ser peor. Foer dice que Google es mucho más que una herramienta útil para hallar información pues sus creadores buscan alterar el curso de la evolución humana. El proyecto “Google Brain” es el sueño de su fundador, Larry Page, el cual pretende imitar las redes neuronales del cerebro, replicando a través de algoritmos los procesos y métodos de aprendizaje a fin de crear un modelo de inteligencia artificial que complemente y, eventualmente, sustituya a los defectuosos seres humanos. Por ejemplo, Google se ha dado a la tarea de escanear todos los libros existentes, no para que los leamos sino para entrenar y enriquecer a las omnisapientes máquinas del futuro.
Sabiendo todo esto, si seguimos dando likes seguiremos autoengañándonos. Pero la vida en redes sociales es tan intensa que estar fuera significa ser un paria digital. Lo más seguro es que no hagamos caso y sigamos marchando directo al precipicio.
