El Panteón Municipal de Puebla recibió a los cientos de poblanos que este 2 de noviembre visitaron a sus difuntos, quienes por diversas causas y azares del destino, se adelantaron al mundo de los muertos.
Jesús Lemus
Desde criptas que se construyeron desde hace varios cientos de años, hasta una pequeña tumba que solo tienen tierra para cubrirla, es lo que caracteriza este panteón municipal, que abrió sus puertas en 1880 para recibir a su primera huésped de nombre María Merced Huerta y quien vivió solo cinco días.
El olor a flor de cempasúchil y rosas, así como las canciones favoritas de los fieles difuntos, entre las que destaca Amor Eterno, Cielo Rojo, Dios Nunca Muere, Hasta que te Conocí, misma que fueron entonadas por mariachis y guitarristas independientes.
Desde niños hasta personas de la tercera edad que usan sillas de ruedas, son ejemplo de que este 2 de Noviembre será una tradición que se heredará a las nuevas generaciones, para que los fieles difuntos jamás sean olvidados en su descanso eterno y donde se encuentran sus restos; es decir, el panteón municipal.
La seguridad de los poblanos estuvo garantizada tanto por tierra como por aire, y en todo momento fue evidente el despliegue policiaco para garantizar la tranquilidad de los ciudadanos que este jueves se dieron a la cita para visitar el panteón municipal.
La actividad comercial no pudo faltar y para el deleite de los ciudadanos, quienes pudieron disfrutar de unas exquisitas chalupas, cemitas de milanesa, pescado frito, tacos de carnitas, tacos de carne asada, además de diversas botanas y bebidas variadas.