Tulancingo de Bravo, Hidalgo.- Las casas abandonadas se han convertido en refugios de delincuentes, lo que ha elevado la incidencia delictiva en la zona de Napateco, pues permiten que los infractores encuentren refugio tras la comisión de fechorías, así como sirven de espacio para almacenar objetos robados.
Lo anterior fue señalado por vecinos de Jardines de Napateco, quien tras reunión entre autoridades policiacas y vecinos de la zona, solicitaron que se aumenten los rondines, así como se coloquen cámaras de videovogilancia, entre otras acciones de combate y prevención del delito.
También se ha solicitado en momentos anteriores a representantes del Instituto Nacional de Fomento a la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) que se revise la situación de pagos y legal de las casas habitación abandonadas, de tal manera que se reasignen a otras personas y puedan ser ocupadas.
Sobre la reunión, celebrada la noche del pasado martes 20 de agosto, se estableció también colaboración mutua entre autoridades policiacas y vecinos, como fomento de la cultura de la denuncia, principalmente.
Napateco fue señalada en el año 2010 como la segunda zona más peligrosa del Estado de Hidalgo, en un estudio realizado sobre seguridad pública y vivienda realizado por la Comisión de Asuntos Metropolitanos de la Cámara de Diputados federal.
En los siguientes años, se establecieron políticas para la recuperación del tejido social en la zona, como uso de espacios públicos, realización de actividades artísticas, sociales, culturales y deportivas, entre otras.
Sin embargo, la persistencia de viviendas abandonadas ha implicado el regreso de delincuentes, incluso a otras personas que se dedican a actividades delictivas a “operar” en la zona.
Manuel Martínez Dorantes, Secretario municipal de Seguridad Pública y Tránsito, señaló que las peticiones de los vecinos serán atendidas por el cuerpo policiaco local, y en el caso de otras peticiones, como el caso de la colocación de sistemas de videovgilancia, se turnará la petición a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Hidalgo.
Por Daniel Martínez Martínez
