Durante este proceso electoral, las promesas de programas asistenciales son utilizadas como una herramienta para cooptar la preferencia de los votantes de clases sociales poco privilegiadas.
En entrevista para Ultra Noticias, el Doctor en procesos políticos Gustavo Pérez, habló acerca de los programas sociales que los candidatos a la presidencia han estado brindando a la ciudadanía.
“Me preocupa ver que los candidatos se están enfocando mucho a ver quién da más, a ver quién propone más recompensas”, apuntó Pérez.
Para el Doctor, este tipo de incentivos no son programas sociales, sino más bien dádivas, lo que representa un problema porque se habla sobre una repartición de riqueza, pero no de la producción de ésta.
Mencionó que estas dádivas principalmente ocurren en los países de tercer mundo, debido a que la gente tiene muchas necesidades; en cambio cuando existe una economía estable donde hay trabajos, la gente ya no quiere recibir este tipo de ayudas.
Para Pérez, una de las propuestas que más se puede criticar de la campaña de Ricardo Anaya es el salario básico universal. Tras revisar el esquema de lo que se está proponiendo, concluyó que a partir de estos modelos, la finalidad es que exista un salario fijo básico para todos.
Así mismo, insistió que los programas sociales no son genuinos, en su opinión, y que su única finalidad es buscar el voto de la gente que tiene menos recursos económicos, ya que de éstos se hacen de recursos para sus negocios.
Aseguró que el problema se relaciona con el hecho de la gran cantidad de gente que está en el comercio informal, y que se ve orillada a tener que “buscarse la chuleta” a partir de estos apoyos económicos que brindan los programas sociales, para él, el problema recae en que muchos de estos agentes no pagan un mínimo impuesto.
Expresó su conformidad respecto a lo que el candidato independiente Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, ha llegado a decir ante los medios de comunicación: “a los huevones nada, a los trabajadores todo” que, según Pérez, esa tendría que ser la lógica de un país que aspira a ser del primer mundo.
