Este evento, que busca preservar una de las tradiciones más pluriculturales de México, ha crecido con el entorno cultural y ha ganado notoriedad en cada edición.
Ian Arriaga
La Gala Día de Muertos Vogue 2024, presentada por Don Julio, se llevó a cabo en un emblemático edificio del Centro Histórico de la Ciudad de México, reuniendo a personalidades de diversas industrias creativas para honrar a quienes han partido. Este evento, que busca preservar una de las tradiciones más pluriculturales de México, ha crecido con el entorno cultural y ha ganado notoriedad en cada edición.
Las anfitrionas de esta velada fueron la actriz y activista Yalitza Aparicio y la actriz Zuria Vega, quienes se unieron a Karla Martínez de Salas, Head of Editorial Content para Vogue México y Latinoamérica.
El Día de Muertos es una de las celebraciones más significativas en México, honrando a los seres queridos que han fallecido y representando una rica herencia cultural que ha perdurado a lo largo de los años. Este año, la gala también busca resaltar la maestría artesanal de México, con el diseñador Francisco Cancino presentando su más reciente colección.
Este evento marca el vigésimo quinto aniversario de Vogue, y por primera vez, la Gala Día de Muertos también se extenderá a Colombia, con una celebración programada para el 30 de octubre en Bogotá.
La temática de la gala este año se centra en la artesanía mexicana, destacando el valor de lo hecho a mano y la riqueza cultural del país. La alfombra roja comenzó a las 7 PM, donde los asistentes mostraron sus looks inspirados en la tradición y el folclor. La celebración incluye un desfile de catrinas, un show especial y las intervenciones de figuras destacadas en el mundo de la moda y el entretenimiento.
Entre los asistentes se encontraban Aarón Mercury, Kenia Os, Belinda, Vanessa Claudio, Ilse Salas, Andrés Baida, Bárbara López, Karla Díaz, Pamela Moreno, Karla Sofía Gascón, Julieta Venegas, Paulina Goto, Claudia Álvarez, entre otros.
La Gala Día de Muertos Vogue es un tributo a la forma en que los mexicanos celebran el ciclo de la vida y la muerte, transformando una tradición en una fiesta que une a generaciones y culturas. Con altares adornados con papel picado, flores de cempasúchil y otros elementos simbólicos, este evento es una manifestación del profundo respeto y amor que los mexicanos sienten por sus seres queridos que ya no están.
