Pachuca de Soto, Hidalgo.- A la recomendación que emitió la CDHEH al Centro de Justicia para Mujeres y a la PGJEH por no garantizar la seguridad a una mujer, asesinada por su hijo, le falta perspectiva de género, acusó la activista en derechos de las mujeres Yolanda Molina.
Ni siquiera nombraron el hecho como feminicidio, y agregó, es evidente la falta de sensibilización de parte del personal que tuvo contacto con esa mujer.
“Cuando menciono que esas medidas no son adecuadas, me refería a lo siguiente: si el ombudsperson y su equipo hubiesen estudiado con perspectiva de género el caso se habrían dado cuenta que uno de los primeros temas a resolver era la sobrecarga de trabajo que tienen para realizar las investigaciones, acompañar a las víctimas e incluso los recursos humanos y materiales para poder integrarlas adecuadamente.
También se habrían percatado que se requiere un programa de capacitación y sensibilización permanente para los servidores (públicos), que les permita tener las herramientas necesarias para atender casos de violencia de género y que no solo es una capacitación técnica para el conocimiento del sistema penal acusatorio. Se requieren perfiles especializados para atender y entender los casos de mujeres que viven violencia”, explicó la activista.
El relato construye que por lo menos en ocho ocasiones las autoridades supieron de amenazas de muerte y agresiones a una mujer de 60 años, que se quedó al margen de la atención del Centro de Justicia para Mujeres y terminó asesinada a golpes por su hijo.
“La CDHEH tenía la oportunidad para analizar la responsabilidad del Estado en los casos de feminicidio con perspectiva de género, que sirviera como una base para lograr medidas eficaces de no repetición, sin embargo, su análisis se quedó corto.”
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) y el centro de justicia le fallaron a la víctima. Le fallaron cuando las personas que la atendieron no les dieron importancia a sus palabras y a sus miedos, acusó la activista Yolanda Molina.
Le fallaron, agregó, cuando seguramente la juzgaron por no querer continuar con la denuncia o retirarla, o cuando no quiso irse al albergue (que no sabemos en qué condiciones estaba), cuando no consideraron una ruta de atención que se apegara a su realidad.
¿Se habrán preguntado si tenía los recursos para ir varias veces a la semana a dar seguimiento a la carpeta (de investigación)? ¿Si tenía la salud, por su edad y la violencia, para estar varias horas esperando a ser atendida? ¿Si tenía una red de apoyo para poder continuar? Cuestionó Molina ante el caso.
Se requieren perfiles especializados para atender y entender los casos de mujeres que viven violencia”
Por Daniel Martínez Martínez
