Tulancingo de Bravo, Hidalgo.- La policía municipal de Tulancingo recibió reportes en semanas anteriores de personas que fingían descomposturas en autos, o hacían creer a conductores que sus propios vehículos tenían ponchadura, pero con intención de asaltarlos.
Rafael Guerrero Gómez, titular de la Secretaría municipal de Seguridad Ciudadana dijo que fueron recibidos entre tres y cuatro reportes hace poco más de un mes, en el lapso de dos semanas, sin existir otros, posteriormente.
Consideró que se trató de delincuentes provenientes de otras partes del país, quienes estaban “explorando” la región con objetivo de realizar actividades ilícitas.
De acuerdo a testimonios recabados de las víctimas, los asaltos se realizaron bajo dos modalidades; en una de ellas, los delincuentes hacían señas al automovilista, para advertirle que a su vehículo se le había ponchado una llanta.
Al detenerse para revisar la supuesta ponchadura, los delincuentes inmediatamente lo amagan para robarle sus pertenencias, pero sin intentar llevarse el automóvil.
En la otra modalidad, los delincuentes fingen que su propio automóvil ha tenido una descompostura; al detenerse otro automovilista para ayudarle, también han sido amagados para despojarlos de sus pertenencias.
En ambas modalidades, los asaltantes han huido de inmediato, y a pesar de los operativos policiacos implementados, no se concretado detención alguna.
Guerrero Gómez consideró que los asaltos reportados han servido también para que los delincuentes “exploren” la región, con objetivo de conocer hábitos y costumbres que les permita realizar actividades ilegales.
“Hemos tenido registro de unos tres o cuatro asaltos en esas modalidades a automovilistas, pero desde hace unas tres semanas, pararon ese tipo de denuncias”.
Pidió a la población mantenerse al pendiente para evitar ser víctima de delitos en esta modalidad; en caso de detectar una supuesta falla en el automóvil o en otro vehículo que se encuentre circulando, el funcionario dijo que lo más adecuado es reportarlo a números de atención a emergencias.
Por Daniel Martínez Martínez
