Tulancingo de Bravo, Hidalgo.- La escasez de tecnología a nivel mundial retrasó la puesta en marcha del Centro de Comando, Control, Comunicación y Computo (C4) de Tulancingo; la mayoría de esta es de origen chino.
La explicación fue ofrecida por Eusebio Hernández Apan, Jefe de Gabinete del gobierno municipal, señalando que ya se está resolviendo la producción y abasto de tecnología, estando a la espera de su importación.
Se espera que en la primera semana de enero dicha tecnología, sobre todo monitores para la videovigilancia, ya pueda recibirse en el país, y proceder a su instalación.
El funcionario dijo que se trabajará incluso a marchas forzadas, con objetivo de que el C4 Tulancingo quede listo para operar en el primer trimestre del 2023.
Se tenía considerado iniciar operaciones del C4 local en julio de este 2022, siendo pospuesta para el mes de septiembre; pero precisamente la falta de producción de tecnología ha retrasado el arranque de labores.
El proyecto incluye la operación de 408 cámaras de videovigilancia, ocho de ellas colocadas en puntos de entrada y salida de Tulancingo, pues pueden realizar lectura de placas de automóviles.
Lo anterior para poder detectar si algún vehículo tiene reporte de robo, así como una serie de cámaras inteligentes que pueden realizar escaneo de rostros y verificar en una base de datos si una persona tiene alguna situación legal pendiente con autoridades.
Hernández Apan señaló que ya se ha finalizado con la instalación de los postes donde serán colocadas las cámaras de videovigilancia, que se espera comiencen a funcionar a partir del siguiente año.
Para la colocación de dichas cámaras se tomaron en cuenta aspectos como incidencia delictiva, movilidad, densidad poblacional, entre otros.
La inversión para el C4 municipal de Tulancingo asciende a 22 millones de pesos, aproximadamente, provenientes de recursos públicos.
Dicho costo incluye el espacio de monitoreo y la sede del C4, ubicado en un espacio de la comandancia municipal de Seguridad Ciudadana, en la colonia Paraíso Norte.
Por Daniel Martínez Martínez
