Valle de Tulancingo, Hidalgo.- La restauración o mantenimiento de edificios históricos, particularmente los religiosos, es un tema complejo en principio por todas las autorizaciones que se deben obtener de las organizaciones que tienen a su cargo dichos monumentos.
Así lo reconoce Tania Meza Escorza, titular de la Secretaría de Cultura en Hidalgo, señalando que los monumentos históricos están a cargo de organizaciones religiosas, asambleas ejidales, son de propiedad privada o están bajo la responsabilidad de los gobiernos municipales.
Tras obtener las autorizaciones para las intervenciones físicas, se debe contar con estudios que lleven a autorización por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para llevar a cabo las obras.
Cumplidos estos requisitos, se inicia gestión para obtener sobre todo del gobierno federal, los recursos económicos y materiales para la ejecución de los trabajos.
“Y son miles de peticiones que se entregan, hay localidades que tienen dos o más edificios considerados históricos, que están gestionando recursos para su mantenimiento o preservación”, reconoció la funcionaria.
Por todo ello, proyectos para la preservación de los conventos de San Miguel, en el municipio de Acatlán, o del Señor de Singuilucan, en el municipio del mismo nombre, están parados desde hace varios años.
Aseguró que a pesar de las complicaciones legales, así como las gestiones y trámites que han sido cansados, se sigue trabajando para poder seguir con los proyectos en los dos espacios mencionados, así como varios más en todo el estado de Hidalgo.
Enfatizó que la población del Valle de Tulancingo tiene respeto por los edificios históricos, lo que se refleja en que no tienen señales de vandalización o maltrato.
“La población (de la región Tulancingo) sabe del valor de sus edificios históricos, y se refleja por el cuidado que en estos se ve”, enfatizó.
Las declaraciones fueron ofrecidas durante la visita de trabajo que realizó Meza Escorza para conocer el estado físico de la biblioteca pública “Sor Juana Inés de la Cruz”, ubicada en el centro de la ciudad de Tulancingo.
Tras dicha visita, se determinó llevar a cabo trabajos de mantenimiento en general al edificio del siglo XVIII, en particular afectado por humedad.
Por Daniel Martínez Martínez