Tulancingo de Bravo, Hidalgo.- El gobierno del estado de Hidalgo no cuenta con información respecto a la cantidad de corralones donde la Fiscalía General de la República (FGR), almacene vehículos e hidrocarburo decomisados durante operativos.
El gobernador Julio Menchaca Salazar ´dijo que correspondería a dicha institución dar a conocer dicha cantidad, así como las condiciones en las que se encuentran dichos espacios.
Las declaraciones fueron ofrecidas durante su reciente visita a la región Tulancingo, luego de que el pasado 16 de febrero se incendiara el corralón ubicado en la comunidad de Las Lajas, dentro del municipio de Santiago Tulantepec.
En dicho espacio, a cargo de la FGR, se almacenaban vehículos decomisados en operativos policiacos; algunas de las unidades aún tenían en su interior hidrocarburo, también decomisado, y presuntamente robado de ductos a cargo de Petróleos Mexicanos.
“No sé en qué condiciones exactamente se haya encontrado (el corralón)”, señaló respecto al estado del sitio de resguardo, insistiendo que la responsabilidad del corralón es de la FGR.
El corralón se encuentra a aproximadamente 600 metros del núcleo de población de la comunidad de Las Lajas, donde viven alrededor de unas 500 personas.
El día del incendio, gracias a las condiciones del viento, el fuego no se propagó hacia dicha comunidad, además de la labor oportuna de los cuerpos de bomberos y atención a emergencias.
La deflagración de ese día destruyó el 70 por ciento del corralón, así como unos 300 vehículos automotores resguardados, entre camionetas, automóviles, motocicletas y motonetas.
Desde el año 2019, las autoridades municipales de Santiago Tulantepec habían solicitado a la FGR el retiro del hidrocarburo que estaba dentro de algunos de los vehículos asegurados.
Lo anterior ante el riesgo de un incendio que generara incluso afectaciones mayores, tanto materiales, como a la seguridad de la población cercana.
Se conoce que la institución ha ido llevándose parte del hidrocarburo; el restante, junto con los vehículos, continuaban asegurados en el corralón, en tanto se desahogaban sus respectivos procedimientos legales.
Por Daniel Martínez Martínez
