Valle de Tulancingo, Hidalgo.- Por la falta de pasaje, y por tanto de ingresos económicos, y ante el panorama de que la situación se mantenga por lo menos hasta inicios del próximo mes de agosto, cuando se regresen a las aulas educativas, si las condiciones sanitarias son adecuadas, algunos choferes del transporte colectivo de pasajeros han decidido dejar de laborar en esta actividad.
Consultados sobre el tema, algunos transportistas señalaron que previamente ya han conocido de casos donde sus ahora ex compañeros de trabajo decidieron ya no operar alguna de las unidades de transporte colectivo de pasajeros, pues incluso han existido varias jornadas en las que no pudieron completar la cuenta que se entrega a los dueños de las unidades.
“Los patrones no aceptan bajar la cuenta, y a eso se suma los gastos que requiere la unidad para poder operar, empezando por la gasolina, sumándole las reparaciones y atenciones que se les debe dar para poder estar en circulación”, señaló uno de los consultados.
A ello se suma la compra de insumos, como cubrebocas, gel antibacterial, guantes, entre otros, que exige a los transportistas la Secretaría estatal de Movilidad y Transporte para permitir la circulación de las unidades, lo cual también debe ser sufragado por los propios choferes.
Cabe señalar que en la región operan alrededor de mil 200 unidades de transporte público de pasajeros en diversas rutas tanto al interior de los municipios del Valle de Tulancingo, como en derroteros intermunicipales.
Los transportistas consultados señalaron que será muy complicado seguir prestando el servicio durante poco más de dos meses con una baja cantidad de usuarios, pues señalaron que precisamente son los estudiantes, padres de familia, maestros y demás integrantes de diversas comunidades educativas quienes generan la mayor cantidad de ingresos económicos a los servicios de transporte público de pasajeros.
No se descarta que más choferes de unidades de transporte público de pasajeros decidan dejar el empleo, ante el complicado panorama económico y laboral por enfrentar.
Por Daniel Martínez Martínez