Tulancingo de Bravo, Hidalgo.
Nada impediría la construcción de la ampliación del bulevar Bicentenario, debido a que el decreto 2, publicado durante la administración municipal 2006 – 2009, para garantizar su preservación, fue abrogado en los primeros días del siguiente periodo de administración.
El decreto 2, publicado durante el periodo de gobierno encabezado por Ricardo Bravo Delgadillo, fue publicado en el Periódico Oficial del Estado de Hidalgo (POEH), el 18 de diciembre del 2006, tras la construcción concretada meses antes del Sendero Intermunicipal de Movilidad Alterna.
En el documento, titulado como “Declaración de reserva ecológica, recreativa y de vialidad de tránsito peatonal y de vehículos no automotores, el territorio del sendero intermunicipal de movilidad alterna”, señala en su artículo 1 el área del terreno por donde circuló el ferrocarril México – Honey, para fines recreativos y de convivencia.
El resto del decreto señala prohibición para cambio de uso de suelo en la zona, así como prohibición para otorgar uso de suelo diferente al objetivo social, así como tampoco se permitiría la colocación de comercio alguno, fijo o ambulante.
Dicho decreto y sus puntualizaciones fueron abrogados al inicio de la siguiente administración municipal, que encabezó Jorge Márquez Alvarado, siendo publicado el 16 de febrero del 2009.
En sesión extraordinaria, los integrantes en ese momento de la Asamblea Municipal, dejaron insubsistente el Decreto 2, tras lo cual inició la construcción del bulevar Bicentenario, comprendido actualmente entre la avenida Lázaro Cárdenas y el libramiento La Joya.
Al estar abrogado dicho decreto, no existiría impedimento legal alguno para llevar a cabo la ampliación del bulevar Bicentenario, comprendido entre el libramiento, y el puente del río San Lorenzo, donde se ubica el límite municipal entre Tulancingo y Santiago Tulantepec.
El proyecto considera construcción de vialidad para vehículos automotores en superficie lineal de casi 900 metros, así como espacio para actividades deportivas y de convivencia social.
Usuarios del sendero, han solicitado que el sitio se preserve, tanto por protección al medio ambiente, como por tratarse de un espacio de convivencia social, incluso con antecedentes históricos.
Por Daniel Martínez Martínez
