Cuando una enfermedad, discapacidad o situación social limita la autonomía de una persona, no solo se pierde movilidad, también se resiente la identidad y el sentido de vida. Ahí es donde entra la terapia ocupacional, una disciplina que busca que cada individuo recupere independencia y participe activamente en su entorno.
En el Día Mundial de la Terapia Ocupacional, Arturo Martínez Cosme, coordinador de la licenciatura de la UAEMéx, destacó cómo esta profesión ha evolucionado desde su llegada a México en la década de 1950, cuando se implementó como respuesta a la pandemia de poliomielitis, hasta consolidarse como licenciatura universitaria en 2001. Hoy, la UAEMéx forma 80 terapeutas ocupacionales al año, dentro de las 11 instituciones que imparten esta carrera en todo el país.
“La ocupación da sentido a nuestra vida; cuando alguien deja de hacer lo que le brinda identidad, su salud se ve comprometida. Ahí es donde actuamos, ayudando a restablecer equilibrio y roles significativos”, explicó Martínez Cosme.
Con un enfoque holístico que abarca lo físico, psicológico, social y espiritual, los terapeutas ocupacionales habilitan, rehabilitan y capacitan a las personas para reincorporarse al trabajo, la escuela y la sociedad. Además, la UAEMéx cuenta con el CACIFTO, un centro de atención e investigación que ofrece servicios de estimulación temprana, rehabilitación neurocognitiva, ergonomía y evaluación de capacidades laborales a la comunidad y al público en general.
Martínez Cosme hizo un llamado a la sociedad a conocer más sobre esta profesión, que no solo mejora la salud, sino que transforma vidas, y a los jóvenes a considerar la Terapia Ocupacional como una carrera con impacto social y proyección internacional.