#Opinión de Dr. Arturo Argente Villarreal
- Septiembre es un mes especial para México ya que no solo nos recuerda el orgullo de ser mexicanos, sino que también nos ha puesto a prueba en los momentos más difíciles que hemos tenido que enfrentar como nación con los terremotos que han devastado ciudades completas, pero éstos hechos no han podido quebrantar el espíritu de los mexicanos.
En la actualidad enfrentamos una pandemia que ha generado una grave crisis de salud pública y la caída de la economía que ha provocado que millones de mexicanos se encuentren sin trabajo. Seguimos conviviendo con la lacerante desigualdad e injustica que existe en nuestra sociedad.
Al mismo tiempo, vemos al Presidente descalificando a sus adversarios y profundizando la división política y social que existe en el país, y que se sigue volteando al pasado al convocar a una consulta popular para preguntarle al pueblo si desean que algún ex presidente sea llevado a juicio. Es importante aclarar que ningún ex presidente de la república tiene fuero y que no existe impedimento alguno para juzgarlos ya que si se aportan pruebas de alguna ilegalidad que hayan cometido, no es necesario hacer consulta alguna para aplicar la ley. Es importante evitar actos populistas que desvíen la atención en estos momentos que son tan retadores.
Se debe entender que en un país democrático siempre va a haber una disidencia que no comparte la ideología del partido gobernante, y que no se le puede catalogar como traidores y que deben ser expulsados de la nación. El presidente ya no es un candidato opositor, es el líder de una nación que no debe de abrir espacios para insultar, vejar y ofender a sus mismos conciudadanos. No se puede declarar el destierro de los contrincantes políticos ya que sólo refleja intolerancia política hacia el adversario. También los adversarios de su proyecto de nación son mexicanos.
Es momento que el presidente evite el escarnio, la calumnia y la estigmatización de voces independientes y dirigir su atención hacia los problemas reales que tanto laceran al pueblo. El país necesita a un estadista que no haga divisiones, ni se cobre viejas afrentas que solo dividen más a la sociedad. Es tiempo de unir a todos los mexicanos en un solo pueblo. Muchos son los retos que como nación debemos de enfrentar, pero unidos.
El Presidente debe de saber que, aunque la política estriba en el debate, la controversia y el desacuerdo, se tiene que trabajar con el adversario. Entonces tu contrario se volverá en tu compañero. Las diferencias ideológicas no deben de ser un impedimento para ver progresar a un país entero.
Septiembre debe de ser el momento para lograr una reconciliación que tanto necesita nuestro país. Es momento de que podamos ver más allá de las diferencias ideológicas uniendo a una nación y construir un país próspero y democrático.
¡Que viva México!
