Por: Jessica González
Las lluvias dejan incomunicada a toda la colonia en la zona de Poliducto por constantes inundaciones.
Cada temporada de lluvias representa para los habitantes de la avenida Poliducto y sus alrededores en Morelia una auténtica pesadilla. Las calles colapsan en minutos y se vuelven intransitables, dejando a comerciantes atrapados, vecinos incomunicados y pérdidas materiales que se arrastran desde hace décadas sin que haya solución definitiva por parte de las autoridades.
Alfonso Domínguez, quien tiene un taller mecánico desde hace 18 años en la zona, asegura que cualquier tipo de lluvia, incluso ligera, provoca inundaciones inmediatas. “Con cualquier agua que escurre, luego hay inundación, aunque no sea muy fuerte, rapidísimo se inunda. Varias veces ha pasado que estamos arreglando un carro, y cuando lo queremos sacar, ya está el agua a la banqueta. Hay que esperarse hasta que baje, y antes tardaba hasta 6 horas”, relata. Si bien en los últimos meses el agua tarda menos en descender, Alfonso reconoce que eso se debe al nivel del río cercano, no a una mejora estructural. También hace un llamado a la ciudadanía: “La misma gente tira mucha basura en la calle, y por eso las coladeras se tapan. Ese es el primer factor”.
Diego Armando Barrera, de 32 años, ha vivido toda su vida en la colonia y lamenta la falta de atención institucional, pese a múltiples reportes. “Las alcantarillas que terminan de la Eduardo Ruiz hacia acá llevan dos años completamente tapadas. Hemos metido solicitudes para el desazolve y no hemos tenido respuesta. A mí me ha afectado directamente, porque no pude vender un día completo por la inundación.”, explica. Diego también resiente las limitaciones de movilidad, pues cuando llueve, la banqueta se tapa por completo: “Ni yo ni el vehículo podemos salir”.
La señora Consuelo Valencia, vecina de la zona desde hace más de dos décadas, recuerda una de las inundaciones más graves que sufrió, donde perdió refrigerador, estufa, trastes y muebles. “Tenemos muchos años con esta problemática. Toda el agua baja de las colonias del estadio para acá, y pensamos que tal vez una coladera grande que capte toda esa agua sería la solución, pero pues nunca ha pasado. Lo único que podemos hacer es subir las cosas en alto cuando vemos que ya viene bajando el montón de agua”, compartió.
Los testimonios coinciden: vivir o trabajar cerca de la avenida Poliducto significa estar en constante alerta. Las solicitudes han sido ignoradas, las soluciones caseras se han vuelto rutina, y la esperanza de que algo cambie parece, cada vez más, un lujo que la colonia no puede darse.