#Ojalá
Por @OscarGlenn
Hoy que estamos viendo nuevamente como algunos partidos -o quizá todos- recurren a la vieja receta de reclutar como candidatos o candidatas a personajes con cierta popularidad que abanderen sus siglas con el afán de hacerles competitivos en algún municipio o distrito en la contienda electoral, e incluso otros que ignoran antecedentes indeseables y postulan personas de su misma militancia, sin importar mayor cosa la capacidad ni la convicción que tengan para desempeñar eventualmente un cargo de elección popular y lo presentan como un acto de apertura a la ciudadanía, decorado de democracia y pluralidad, implícitamente podrían estar expresando la renuncia a su misión y responsabilidad con la sociedad, con tal de ganar la posición o al menos subsistir.
Para el 2021 tenemos dos coaliciones que competirán en un frente a frente, gracias a las posibilidades que la legislación electoral otorga para ejercer su derecho de asociación, formulando una plataforma electoral y un programa de gobierno que debe ser básicamente el resumen de sus buenas intenciones al unirse para competir electoralmente, lo cual es requisito, así como algunos otros trámites administrativos. También tendremos un catálogo de nuevos mini partidos con declaraciones idealistas rimbombantes.
Ojala todos los partidos contendientes este 2021, ya sea que compitan en coalición o de manera individual, se dieran el tiempo de expresar claramente qué tipo de responsabilidad, seguimiento, evaluación y medidas de control pueden comprometer en caso que sus postulados llegasen a obtener el triunfo y ejercer el cargo de elección popular, pues más allá de los votos que ahora buscan afanosamente, las coaliciones se desintegran automáticamente una vez que concluye el proceso electoral, y ningún partido se hace responsable, ni queda nada en garantía si alguno de los personajes elegidos falla en su misión o genera daños con sus desatinos, sólo le repudiarán y acaso lo expulsarán de sus filas hasta que se le termine el ciclo o alguien más le dé cobijo.
Por esta circunstancia es que muchas veces se les hace fácil a los partidos postular a quien sea popular, como productos desechables, algunos estarán destinados solo a obedecer a sus promotores y volverse marionetas al servicio de un negocio, otros pasarán al olvido y los menos quizá podrían llegar al cargo, pero es claro que ningún partido está planteando una diferencia significativa en cuanto a su responsabilidad con su municipio, su estado o el país desde el momento de postular candidatos. Ojalá veamos en los días por venir alguna novedad interesante.
¿Por qué no además de la postulación por popularidad, los someten a un proceso de capacitación, profesionalización y evaluación permanente, más que sobre documentos básicos o fundamentos ideológicos, sobre estrategias y buenas prácticas de gobierno? ¿Por qué no van más allá en la transparencia de un 3 de 3 contra la corrupción y 3 de 3 contra la violencia de género, comprometiéndoles a implementar políticas de gobierno en caso de resultar ganadores? ¿Por qué ningún partido se prepara por asegurar buenos gobernantes?
