Por: Jessica González
José Hernández revolucionó la medicina y hoy cultiva vino tras llegar al espacio.
José Hernández Moreno, astronauta de origen michoacano, es mucho más que un hombre que llegó al espacio. Su historia, retratada en la película A Million Miles Away (2023), es una muestra de perseverancia: fue rechazado once veces por la NASA antes de ser aceptado en su doceava solicitud.
Sin embargo, uno de sus mayores logros no lleva traje espacial, sino que se encuentra en hospitales alrededor del mundo: su contribución clave al desarrollo del sistema de mamografía digital de campo entero ha permitido detectar cáncer de mama en etapas tempranas, salvando millones de vidas.
Antes de cumplir su sueño como astronauta, José trabajó en un proyecto pionero que usaba inteligencia artificial para analizar imágenes médicas. Junto a otro colega, lograron digitalizar el proceso, revolucionando el diagnóstico por imágenes. Aunque este aspecto no fue abordado en su biopic, él mismo considera que ha sido su mayor legado a la humanidad.
Hoy, ya retirado de la NASA, vive en el campo, cumpliendo el sueño de su esposa de tener una casa rodeada de naturaleza. Compraron un viñedo que produce uvas y, tras aprender el proceso del vino, José decidió lanzar su propia línea. Actualmente produce tres variedades: Sauvignon Blanc, Zinfandel y un Red Blend que combina Merlot, Tempranillo, Syrah y Petite Syrah.
Aunque pareciera un giro inesperado, el ingenio y pasión de José por aprender lo han llevado a incursionar en el mundo del vino con el mismo entusiasmo con el que miraba al cielo.