Este 18 de junio nuestro país transformará la forma de impartir justicia pasando de un sistema mixto o inquisitorio, en el que había violaciones sistemáticas a la presunción de inocencia, a un sistema acusatorio, en el que la presunción de inocencia es la base y el imputado de un delito es considerado en su calidad de persona.
Con la reforma de 2008, este nuevo sistema de justicia penal se rige por un sistema oral, similar al de Estados Unidos, y de audiencias públicas en presencia de un juez. Con esto, se busca garantizar que los procesos se den en igualdad de condiciones, con la participación del acusado y de la víctima.
Especialistas han señalado que pendientes acciones como la coordinación entre autoridades de primer nivel, de operadores con un nivel de decisión para la atención de focos rojos, la evaluación interinstitucional como una acción prioritaria así como la producción de información para dar seguimiento a los indicadores”.
Por ejemplo, el experto en el tema Luis Ortiz Salinas puntualizó que otro punto prioritario es el fortalecimiento de las fiscalías pues el sistema trajo consigo una mayor defensa de los derechos humanos para los criminales y si no se robustecen las capacidades del Estado, entonces “no vamos a meter a nadie en la cárcel”.
El siguiente esquema se construyó con base en lo plasmado en el nuevo Código Nacional de Procedimientos Penales y en material dispuesto por la Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal.
Fuente: Excélsior
