#Opinión por #ArturoArgente
Manuel Jesús Clouthier del Rincón, Maquío, fue candidato a la Presidencia de la República, luchó
contra un fraude electoral y sentó las bases para que existiera un instituto que velara por la democracia en las elecciones.
Manuel J. Clouthier quería convencer a los jóvenes, de que ellos poseen la fuerza y energía, la frescura y deseos de cambio que el país requiere; quería convencer a las mujeres de que este es su momento, México necesita su valor y su coraje, porque ellas han sufrido la opresión, la represión y la violencia y nunca se han rendido; quería convencer a los burócratas de que no vendieran su dignidad por la retribución que reciben por su trabajo; quería convencer a los miembros de las Fuerzas Armadas de que su lealtad es con la Nación, no con un partido; quería convencer a los trabajadores de que la dignidad exige no dejarse amedrentar y de que la solidaridad es mejor que la lucha de clases; quería convencer a los empresarios de que [la sociedad] los respeta por su función creadora de riqueza y fuentes de trabajo, pero repudia a aquéllos que se alían con los que los oprimen.
Esta era parte de la propuesta de Manuel J Clouthier en su campaña política en 1987. La realidad
de aquel año se ajusta en algunos aspectos a los retos que tenemos actualmente y que siguen vigentes. Justicia y equidad.
Hoy, el frente VA POR MÉXICO, conformado por PAN, PRD y PRI, no tienen a nivel nacional todo lo que se necesita para unificar y movilizar con fuerza al 40% del electorado que se opone al movimiento de MORENA. Es claro que perfiles como el de Maquío y Cuauhtémoc Cárdenas no están disponibles en las actuales cúpulas de ninguno de los partidos opositores.
En las elecciones no gana el mejor candidato o candidata, sino quien sepa capitalizar los beneficios que brinda el contexto en que se encuentra sumido México, en la polarización, la inseguridad, ignorancia y el miedo. Por otro lado, se puede atender cómo, después de la elección del 5 de junio, la oposición y los medios minimizaron esta derrota. Todavía no entienden, que no entienden nada de lo que está pasando.
La tragedia de México es que, en medio de todo nuestro potencial, las personas con las mejores ideas no tienen la convicción que se necesita para participar y ganar en la política. ¿Dónde están los jóvenes y mujeres mexicanas con tanto talento?
Que los resultados de las elecciones estatales sirvan a la oposición para realizar una autocrítica, como la última advertencia rumbo a las próximas elecciones, es hora de romper con el clásico proceder del pasado e intentar algo diferente.
