#OpiniónYAnálisis por #ArturoArgenteVillareal
“La prensa no solo es el arma más poderosa contra la tiranía y el despotismo, sino el instrumento más eficaz y activo del progreso y de la civilización.” Así consideraba el papel de la prensa Joaquín Francisco Zarco Mateos, conocido como Francisco Zarco, quien fue un político, periodista e historiador mexicano, miembro del Congreso Constituyente de 1856 y escritor liberal de la Reforma. Francisco Zarco como diputado en el congreso constituyente de 1856 incluyó en sus magníficos textos, conceptos como democracia, los derechos del hombre, la libertad de culto y la libertad de prensa, textos que fueron recuperados por el historiador ucraniano Boris Rosen. Su labor periodística tuvo gran trascendencia y singularidad en la prensa mexicana y por ella sufrió posteriormente persecuciones y prisión.
Francisco Zarco no fue un gran orador como lo fue Guillermo Prieto o Ignacio Ramírez “el nigromante” quien se anticipó al “Dios ha muerto” de Nietzsche más de medio siglo con su “Dios no existe”, pero Zarco si ha sido uno de los mejores periodistas que ha tenido el país. Zarco fue un liberal de cepa, periodista de acción y reflexión, sus dichos y sus hechos siempre tuvieron coherencia y que expone las grandes disparidades entre los liberales de ahora y los liberales del siglo 19, la diferencia es abismal.
El fondo de cultura publicó “Francisco Zarco y la libertad de expresión” un libro donde Miguel Granados Chapa deja testimonio de admiración por la obra de Zarco y nos lleva a entender su estructurada conciencia liberal y la importancia de la crítica a los abusos del poder político y económico. Es un breviario que nos recuerda lecciones tan importantes como el deber que tenemos los ciudadanos de no dejar en manos de políticos cuestiones tan delicadas como la política y tomar las riendas de la nación para dar realidad y cauce a una sociedad realmente demócrata.
México es un país donde el periodismo se realiza bajo un escenario de alto riesgo donde la corrupción, impunidad y abandono del Estado han expuesto la integridad de los periodistas en México. México cerró el año con un aumento en las agresiones contra los comunicadores, la mayoría ligadas al contexto electoral, lo que augura seguir sufriendo un 2024 sumamente violento. Una biopsia de esta grave situación se dio en la clásica conferencia mañanera con el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador al exponer públicamente un reporte periodístico investigado por el periódico The New York Times y al revelar públicamente datos personales de la titular de la oficina en México del diario Natalie Kitroef, el presidente Andrés Manuel López Obrador conscientemente puso en riesgo al equipo del NYT en el país más peligroso para la prensa en el hemisferio occidental. Al día siguiente justificó su proceder estableciendo que por encima de la ley estaba su autoridad moral. Y cerró el presidente su muy penosa participación aseverando, ¡lo volvería a hacer!
Por ello, este pequeño libro es pertinente en el contexto actual, si bien son varias décadas las que separan la vida de Zarco del momento actual, la tentación que existe desde el poder de minar la libertad de expresión y controlar a los medios de comunicación, es una constante, lo acabamos de atestiguar. Pocos como Zarco han dado esta batalla simultánea en la prensa y en la sede legislativa, por ello, la lectura de este texto es indispensable ya que es el poder ejecutivo quien fustiga a los periodistas y les invita a portarse bien antes de investigar y cuestionar. Y qué decir del poder legislativo donde un integrante de la coalición gobernante y mayoritaria en la Cámara de Diputados señaló que en su agenda legislativa estaba contemplada una iniciativa para controlar a la prensa.
Si era difícil de superar aquellas frases del priista, Fidel Herrera, cuando dijo que estaba en “la plenitud del poder”, o de Luis XIV “El Estado soy yo” o de Richard Nixon “Si el presidente lo hace, es legal” hoy el presidente en un desplante de autoritarismo los logró superar. Es importante recordar en este espacio lo que Francisco Zarco consideraba como libertad de prensa, ni la palabra del titular del ejecutivo, ni su conciencia pueden desplazar a la democracia que todos construimos y en la que todos queremos vivir.
