Con su muerte, se apaga una era dorada del cine mexicano
Ian Arriaga
Silvia Pinal, ícono indiscutible del cine de oro mexicano y musa del cineasta Luis Buñuel, falleció este jueves en Ciudad de México. Murió a los 94 años debido a varias complicaciones derivadas de la infección de vías urinaria que presentó recientemente, permaneció hospitalizada desde el pasado 21 de noviembre y aunque su hija, Sylvia Pasquel aseguró que estaba recuperándose, lamentablemente su cuerpo no resistió.
La noticia marca el fin de una era de esplendor cinematográfico, en la que la industria mexicana se consolidó como una de las más relevantes a nivel internacional. Pinal, pionera en múltiples sentidos, rompió con los cánones tradicionales al ser una de las primeras actrices mexicanas en realizar un desnudo en pantalla grande, abriendo camino para generaciones futuras.
Nacida en 1931 en la Ciudad de México, Pinal inició su carrera cinematográfica en 1949 con El pecado de Laura. Desde entonces, su talento la llevó a trabajar con grandes figuras del cine, pero su vida y trayectoria cambiaron radicalmente tras su colaboración con Buñuel. Juntos crearon tres películas emblemáticas: Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965), consideradas obras maestras del cine mundial.
Pinal fue mucho más que una actriz de cine. Su carrera abarcó teatro, televisión y política. En la pantalla chica, su programa Mujer, casos de la vida real se convirtió en un fenómeno cultural, mientras que en el ámbito político se desempeñó como diputada. Su compromiso con el arte y la sociedad fue incuestionable.
En agosto de 2022, fue homenajeada en el Palacio de Bellas Artes, en un emotivo acto que reunió a colegas y admiradores. A lo largo de su carrera, Pinal se mantuvo como un referente de fuerza y resiliencia. “A mí no me asusta la muerte”, declaró.
Silvia Pinal deja un legado invaluable, no solo por su trabajo artístico, sino también por su valentía para desafiar las normas de su tiempo. Con su partida, México pierde a una de sus más grandes estrellas, pero su luz seguirá brillando en la memoria colectiva.