Privilegiar el automóvil por encima de otros modos de transporte a través de inversión, infraestructura y espacio urbano genera mayores costos sociales y puede no resolver los problemas de tránsito, así lo sugiere Rodrigo Díaz Consultor en Desarrollo Urbano y Movilidad.
Además ante la ausencia del financiamiento que permita mantener tarifas bajas, las deficiencias del transporte público como el metro pueden incentivar un mayor uso del automóvil y con ello mayor caos vial.