En un operativo coordinado por autoridades federales, estatales y municipales, fue asegurado un terreno de aproximadamente 500 hectáreas en el paraje conocido como Mesa Rica, en el municipio de Valle de Bravo, Estado de México, donde se detectaron presas artificiales y captadores de agua construidos de manera irregular dentro de una zona natural protegida.
La intervención se realizó tras recibir denuncias ciudadanas sobre un posible cambio de uso de suelo no autorizado. En total participaron 150 elementos de distintas dependencias, entre ellas la Fiscalía General de la República (FGR), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Agencia de Investigación Criminal.
Durante la inspección del predio se localizaron diez presas que presuntamente eran utilizadas para la captación y aprovechamiento indebido de recursos hídricos. También se documentaron daños al entorno provocados por remociones de tierra. Además, en el lugar se incautaron 27 vehículos, los cuales quedaron bajo resguardo del Ministerio Público Federal.
La FGR confirmó que el operativo fue autorizado por un Juez de Distrito con sede en Almoloya de Juárez y que ya se abrió una carpeta de investigación por posibles delitos ambientales y afectaciones a la biodiversidad. Hasta el momento no se han reportado personas detenidas.
Valle de Bravo ha sido foco de atención por denuncias previas de activistas y habitantes que han alertado sobre la proliferación de lagos y presas ilegales en la zona, lo que representa una amenaza para los ecosistemas locales.